Diógenes digital: Cómo identificar que alguien sufre un síndrome por almacenar demasiadas cosas en el móvil
Tener más imágenes de las necesarias en tu galería puede suponer un problema para tu salud mental, escucha los consejos de esta neuropsicóloga
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¿Alguna vez has pensado cuántas fotos tienes almacenadas en la memoria de tu teléfono móvil? Y no digo únicamente las que hacemos nosotros con la cámara del móvil, que no son precisamente la mayoría, sino todas las que recibimos por aplicaciones de mensajería o redes sociales, e incluso las capturas de pantalla.
Suelen ser miles de fotos las que almacenamos en la memoria de nuestro teléfono. Y puede parecer insignificante su presencia, ya que en la mayor parte de los casos, las vemos solo cuando las abrimos y ya está. Pero aunque no las veamos nunca, son muchos lo que necesitan que estén ahí, y esto es algo que afecta a la salud mental. Su nombre, síndrome de Diógenes digital. Su consecuencia, el agotamiento del almacenamiento del teléfono y necesidad de comprar uno nuevo debido a que no podemos actualizar ni siquiera el sistema operativo.
No son pocos los que temen perder esas fotos que aunque nunca ven, tienen la necesidad de que estén ahí almacenadas. La mayoría de los españoles reconocemos no haber borrado nada del almacenamiento del teléfono en el último mes y solo el 10% sabe diferenciar lo que necesita de lo que puede eliminar.
Las redes sociales
Pero es que además de tener la necesidad de tener esas fotos inertes en la galería de nuestro teléfono, se suma la necesidad social de estar compartiendo constantemente todo lo que hacemos en las redes sociales. Las historias y publicaciones de Instagram, mandar una foto por WhatsApp a con quien estamos hablando y multitud de situaciones en las que se utilizan fotografías del móvil.
El problema es que incluso esas fotos que no publicamos porque no nos gustan, no las desechamos, con lo que siguen ocupando espacio en el almacenamiento del teléfono.
Las consecuencias en nuestra salud mental
Son muchos los que si no tienen el móvil a mano siempre se ponen nerviosos, o los que, aun habiendo quedado con alguien o estar ante un paisaje bonito, priorizan su teléfono a lo que tienen delante.
La neuropsicóloga Aurora García Moreno afirma que son principalmente los apegos afectivos los que hacen que no nos desprendamos de nada aunque no tenga ninguna utilidad. Este tipo de Diógenes se puede sufrir a cualquier edad e independientemente del sexo o la situación económica.
Esto se puede convertir en un problema cuando nos hace cambiar de conducta en entornos como la familia o el trabajo. Prefieren contratar servicios de almacenamiento en la nube incluso compartido, o dispositivos de almacenamiento antes que borrar las fotografías.
El problema psicológico
El hecho de que nos lleve tanto tiempo el decidir que foto publicar o no en las redes o cual almacenar o no y que al final las acabemos almacenando todas, también es un problema. Ese “guardo todo por si acaso, genera estrés y ansiedad al ver tanto acumulado”, como dice Aurora, y se pierde el control de la situación. Además, las redes sociales también generan la necesidad de guardar contenido que nos ha parecido interesante pero que se almacena y no se vuelve a ver. Este problema nos genera miedo a perder información.
Entornos caóticos como este hacen que se dificulten aspectos como la concentración en el ámbito laboral o académico. Nos crea estrés y agobio constantemente. Además, el ser incapaz de mantener el orden puede provocarnos frustración, y que esto afecte también a las relaciones sociales y laborales.
Para salir de esta espiral, lo primero es ser consciente del problema. Después, hay que evaluar la causa del desorden y aprender técnicas para el orden.