Entra en el hospital clínico de Madrid con un papel y le ofrecen un fármaco para el cáncer que será "el futuro en 5 años"

Expósito visita a Azucena y al doctor Jorge Bartolomé, de la unidad de terapias experimentales del Hospital Clínico San Carlos de la capital madrileña

Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

      
      
             
      

El director de La Linterna, Ángel Expósito, se ha trasladado este lunes hasta el hospital Clínico San Carlos de Madrid, donde ha conocido el caso de Azucena y el trabajo de la unidad CRIS de terapias experimentales. Un reportaje donde el comunicador de COPE ha hablado de cáncer, “hasta en positivo”, y donde ha conocido el trabajo de los médicos del hospital madrileño de la mano del oncólogo Jorge Bartolomé.

SESPA

Médicos del SESPA en dependencias sanitarias

El periodista se sorprendía al conocer la edad de Bartolomé, que cuenta sólo con 33 años, y ya trabaja acompañando a pacientes de cáncer en terapias y ensayos con fármacos personalizados. Así, ayudaba el sanitario a contar la historia de Azucena, una de sus pacientes, cómo llegó hasta el Clínico y hasta él, pero también de los ensayos que terminaron probando con ella, el último de ellos con un fármaco que, asegura “será de consumo estandarizado” en el futuro cercano, concretamente “en 5 años”.

El cáncer y Pau Donés

El de Azucena es un caso curioso, que pasó de apoyar la investigación contra el cáncer y ayudar, a verse dentro como paciente. “Yo conocía a CRIS contra el cáncer de cuando vas a un hospital y ves que están en las puertas de los hospitales, pero como siempre piensas que a ti no te va a tocar, pues se te hacen pesados”, admite desde el Hospital Clínico San Carlos al director de La Linterna. Pero es que, reconoce la mujer, empezó a conocer mucho sobre el cáncer a través de la enfermedad que sufrió el cantante de Jarabe de Palo, Pau Donés. “Yo creo que se fue lo más impactante”, explica a Expósito.

Azucena sí que era seguidora de CRIS y de “cosas parecidas”. “Siempre me ha parecido que cualquier fundación que prime la investigación es muy importante y además hay que tenerla en cuenta”, señala. No obstante, aquello era un conocimiento superficial mientras que, ahora, tiene un conocimiento mucho mayor.

Entra con un papel al clínico de Madrid

Cuenta que en mayo del 2021 llegó al diagnóstico, uno que ella ya intuía. “En pandemia yo notaba que algo pasaba en mi mama derecha, algo potente”, explica a Expósito. El primer diagnóstico en una unidad de urgencias es claro: se trata de un tumor, y uno que no es bueno. “Ahí ya empiezo con terapias, en ese momento lo que sí sabía es que mi vida iba a cambiar, pero también que no me quería morir y que además yo no quería que anímicamente mi vida y mi fortaleza cambiara”, recuerda.

Europa Press

Fachada del Hospital Clínico San Carlos de la Comunidad de Madrid

A partir de ahí, Azucena empezó con terapias convencionales, agresivas, de quimioterapia normal, tras las que se quedó sin pelo. “Yo tenía una melena, y además una melena rubia que me gustaba”. Asegura que se hizo una peluca que se puso solamente el día que se la hicieron, pero dijo “estoy calva y lo tengo que asumir”. Le anunciaron que le podían operar a través de una masectomía radical, algo que era “una buena noticia”.

      
             
      

“Yo afortunadamente tengo sanidad privada y la utilicé, me fui a un hospital privado, que fue donde me ocurrió todo eso, y entonces mi oncóloga de la sanidad privada me dijo 'Azu, deberías marcharte a tu hospital de referencia', y mi hospital de referencia era el clínico”, explica. Y allí fue, como ella misma rememora, “con un papelito, donde explicaba mi caso, y ese mismo día me atendieron”.

Fui al Clínico de Madrid con un papelito donde explicaba mi caso y ese mismo día me atendieron"

Azucena

Paciente de cáncer de mama

Un fármaco que será “el futuro”

Al llegar al Clínico de Madrid, a la mujer le recetaron un fármaco con inhibidores de ciclinas que, al principio, parecía tener éxito. “Pero hay un punto en el mes de septiembre de octubre que mi médico del clínico San Carlos, Fernando Moreno, me dijo, se me volvió a reproducir, otra vez los mismos bultitos”, añade. Ese mismo médico le hizo una oferta: le recomendó participar de un ensayo clínico, lo que le llevó hasta la unidad CRIS contra el cáncer.

Lleva tres ensayos (en los dos anteriores, aunque exitosos al principio, el tumor acabó por desarrollar resistencia) y, en este último, está recibiendo un fármaco vía oral diario, y que es “una quimio dirigida directamente” al tumor; desde la mama hasta la parte dorsal, en la espalda. El oncólogo Jorge Bartolomé aclara en La Linterna que “ahora lo que tendemos mucho en oncología es lo que se llama la medicina personalizada o de precisión, que es que ya enfocamos los tratamientos alteraciones concretas o dirigidas que pueda tener un paciente”.

      
             
      

Foto de archivo

Un blister de pastillas de un medicamento

En el caso del ensayo actual, el doctor asegura que le comenta a los pacientes que participar en un ensayo es “como estar en la medicina del futuro”. “Yo tengo la certeza absoluta de que este fármaco en 5 años estará comercializado y lo que hoy llamamos una terapia experimental en 5 o 10 años, a veces se puede ralentizar un poco por temas burocráticos, pero acabará siendo una terapia estándar”, concluye.