Luis del Val: "Todos los niños son iguales, pero cambian las circunstancias y no es lo mismo nacer en el seno de una familia estructurada que en una situación irregular"

El maestro, Luis del Val, reflexiona en La Linterna sobre la familia y los valores

Luis del Val

Publicado el

1 min lectura

      
      
             
      

Bueno, estaba yo pensando que ese niño que te ha sonreído o se ha echado a llorar o te observa con atención o por el contrario, su mirada pasa por tu rostro como si no existieras, podría ser tú o podría ser yo hace una montonada de calendarios o un nieto del que nunca tuviste noticias. En lo fundamental, todos los niños son iguales, pero cambian las circunstancias y no es lo mismo nacer en el seno de una familia estructurada que en una situación irregular donde el padre siempre existe un padre.

A lo mejor se desentendió con esa indiferencia ancestral que el egoísmo del macho se ha encargado de preservar, a pesar de las capas de pintura del conocimiento, de la filosofía y de la religión han tratado de hermosear desde hace miles de años las asperezas del macho que sólo tiene respeto por un matrimonio, el que forman a veces su irresponsabilidad y su egoísmo, y esa carga se convierte en ligereza para causar destrozos emocionales y empujar a veces hacia la desgracia a mujeres a las que un mal día les dijeron que las amaban.

Todavía en el siglo XXI el macho irresponsable se desentiende sin excesiva censura social, mientras la hembra es observada con sospecha cuando es ella la que sacrifica su vida, sus ambiciones y sus sueños para que puedan ser algo mejores los de ese hijo al que no renuncia. Y es ese niño que repara o no en ti, que sonríe porque está satisfecho o llora porque se siente molesto, un ser indefenso, igual que tú cuando eras un niño, igual que tu hijo y que ha tenido la suerte de que como todos tiene una madre y gracias a ese detalle la especie humana no se ha extinguido.

Temas relacionados