Qué ocurre en el cerebro de personas como Dominique Pelicot, que drogó a su mujer para que la violaran 72 personas

El comportamiento del violador y el como tratar a las víctimas son aspectos fundamentales para analizar cada situación.

David Nieto Cortés

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

      
      
             
      

Hace unos días que se está celebrando en Francia el juicio que tiene a Gisele Pelicot como protagonista. Ella es la mujer que fue violada por más de setenta hombres mientras estaba inconsciente porque su marido la drogaba y la vendía como objeto de pornografía.

Fue hace una semana cuando ella declaró la primera vez ante el tribunal de Aviñón. La campañaban sus hijos, entre los que se encontraba su hija Caroline, otra víctima, en este caso, de su padre. Allí, Gisele declaró que hasta que conoció esto, veía a su marido como un hombre simpático y que tenía una familia “convencional y feliz”. Pero claro, desconocía lo que estaba pasando.

Cuando salió del juzgado y habló con la prensa afirmó que había dicho todo lo que podía decir y que trata de responder lo mejor que puede, aunque deberá luchar y aguantar hasta el final porque es un juicio que va a durar 4 meses. Además, ella ha sido la que ha querido que el juicio se celebre a puerta abierta, porque es una de las maneras de decir que el desafío se puede superar.

De momento solo se han identificado a 50 de los 72 hombres que agredieron sexualmente a Gisele. Sus edades se comprenden entre los 26 y los 74 años, y las penas de prisión a las que se enfrentarán serán de hasta 20 años. El marido, que aunque no ha podido declarar hoy por razones médicas, hay declaraciones del abogado en las que él afirma que su cliente se avergüenza de lo ocurrido.

La neuropsicóloga Aurora García Moreno analiza el comportamiento de un violador.

“Es una mente compleja, están influenciados por factores psicológicos, sociales, educativos...además, varios estudios coinciden en una asociación entre la virulencia y la agresividad de este tipo de hechos con una alteración de la corteza prefrontal, algo que dificulta la inhibición de las conductas que socialmente son inapropiadas y también para autocontrolar”. Afirma la neuropsicóloga.

Cerebro

En cuanto a los aspectos psicológicos, se trata de personas que se consideran con derecho sobre lo prohibido, pudiendo hacer todo lo que les apetezca, lo que les da una sensación de empoderamiento. Tener a la víctima sometida y el poder sobre ella les produce placer. Sus creencias y pensamientos son erróneos, ya que piensan que no está tan mal lo que hacen o que es la víctima la que quería hacerlo.

      
             
      

Para “crear” un violador, afectan factores como los psicológicos o sociales, pero también biológicos. La educación que haya recibido en la infancia también afecta. La intolerancia a la frustración, grandes cargas emocionales, falta de habilidades para afrontar situaciones adversas y conflictos también son causas, que se pueden sumar a que los referentes no hayan sido los adecuados o hayan sufrido situaciones que ellos ahora replican.

El caso de Dominique Plicot, el marido de Gisele Pelicot.

“Problemas emocionales y probablemente psicológicos, como la falta de empatía y respeto hacia su mujer”, afirma Aurora, lo que hacía que este señor buscaba satisfacer sus fantasías, como la de sentir el control y poder sobre su mujer. También sentiría placer al ver que otros abusaban de ella. Su forma de actuar corresponde con la de una persona con trastorno de tipo psicopático.

Cómo tratar a las víctimas

En este caso, aunque la capacidad de recuerdo se ve anulada por las drogas, sí que aparecerá después el estrés postraumático al conocer los hechos de lo que ha ocurrido y sobre todo al ver las imágenes. Su autoestima se verá afectada y su sentimiento de culpa también aumentará al ser juzgada por la sociedad, ya que antes se encontraba en un aislamiento social. Podría pensar que está desprotegida, que se va a ver afectada por enfermedades de transmisión sexual. Todo esto puede desembocar en un trastorno ansioso-depresivo grave.

      
             
      

Gisele Pelicot ante los medios

El tratamiento con una víctima de este tipo sería en primer lugar el de educar la manera de pensar y cómo afecta a como es el comportamiento. Identificar y cambiar esos pensamientos negativos y comportamientos destructivos desarrollados al conocer lo sucedido por otros que tengan un carácter más funcional que ayuden a una mejor calidad de vida.

El cambio sí que se puede dar, comenzando por la prevención, importante a edades tempranas. También el manejo de las habilidades emocionales para cambiar la forma de pensar sobre la sexualidad. Aun así es complejo cambiar estos comportamientos si no se sigue el procedimiento adecuado, y además, se requieren programas individuales. Como dice la neuropsicóloga.

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