EN 'LA LINTERNA'
¿Por qué los futbolistas escupen el agua en vez de tragarla cuando beben?
Aunque muchos piensan que es un gesto desagradable, un nuevo estudio científico aporta dos teorías de por qué lo hacen
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Cuántas veces hemos ido a un campo de fútbol o a un entrenamiento y hemos visto a los jugadores agarrar la cantimplora, levantar el pitorro y, cabeza atrás, lanzar un chorro de agua a la boca con mucha puntería para luego escupirla casi al instante. Un gesto que para muchos no es agradable y les parece una porquería. Sin embargo, Jorge Alcalde ha desvelado en 'La Linterna' que todo tiene una explicación científica.
A pesar de todos esos mitos en torno a la forma de beber agua y aquellas advertencias de madre cuando queríamos beber agua fría justo al terminar de hacer deporte, ahora un nuevo estudio a dado lugar a dos teorías que desvelan el interrogante de por qué muchos futbolistas no tragan el agua al beber. Y es que escupir el líquido, en vez de ingerirlo, tiene efectos reales sobre la capacidad atlética de los deportistas.
Expertos en fisiología aseguran que hay una técnica que consigue elevar la actividad de los carbohidratos de nuestro cuerpo. Consiste en beber un pequeño sorbo de agua con azúcar y escupirlo, que sería incluso mejor que tragarlo. Los deportistas que hacen esto tienen una mejor función del carbohidrato y la glucosa y sus músculos funcionarán mejor.
La explicación es que las terminaciones de las papilas gustativas, al entrar en contacto con el líquido, son muy eficaces a la hora de extraer esos carbohidratos y hace que nuestro organismo los asuma en forma de energía fácilmente.
Sin embargo también apuntan a un concepto de trasfondo psicológico. Al tener el agua poco tiempo en la boca engañamos al organismo y se produce un efecto placebo por el cuál nuestro cuerpo siga con el deseo de consumir más azúcar; lo que hace que la actividad fisiológica actúe como si nos hubiesen dado ese chute y el pico de carbohidratos sea el adecuado.
Esto en un deporte como el fútbol, muy exigente en términos fisiológicos y bioquímicos, un gramo más o menos de carbohidratos, lactosa o lactasa; puede provocar una lesión o influir en que el deportista corra más o menos.