Un profe de El Chad y un profe de España: similitudes y diferencias

Distintos lugares pero con la misma misión

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Cada semana aprovechamos un ratito de radio para hablar de educación. Hablamos de los alumnos, de las materias de estudio, de las carreras universitarias, de las leyes educativas, de los padres. También hablamos muchas veces de profesores; aunque nunca nos hemos acercado a ellos como nos vamos a acercar hoy.

En los últimos años hemos podido visitar algunos de los lugares más complicados del planeta y siempre hemos encontrado profesores dispuestos a seguir enseñando a niños que tal vez lo único que tienen es futuro. En Mali, en Koulikoro, nos encontramos con el esfuerzo de la hermana Janet para enseñar a leer y a escribir a niños y niñas que de no ser por ella no tendrían opción.

En Guatemala, un colegio de los jesuítas acoge a niños y niñas como Blanca que compatibilizaban la escuela con el trabajo. Y es que en su casa el suyo era el único sueldo. Otto era uno de los profes de Blanca y nos contaba que la clave para recuperar a estos chicos era trabajar la autoestima

En El Chad la esperanza para muchos niños se encuentra en el Colegio San Francisco Javier de Toukrán, a unos 20 kilómetros de la Yamena. En todos estos colegios hay profesores que con lo que tienen a su disposición intentan ofrecer un futuro mejor a sus alumnos. No es un trabajo fácil; tienen muchas carencias. Tienen que luchar contra muchas adversidades y es que a veces es la propia familia la que decide que los niños no vayan a la escuela y se pongan a trabajar. Por eso hoy lo que queremos es que un profe de una de esas zonas y una profe española hablen, compartan ideas y vivencias.

Hace unos meses nos presentaron a un tipo bastante peculiar. Él es de el Chad y le conocimos gracias a la Fundación Ramón Grosso. Él es el Padre Camile.