Historia de Argelia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La noticia pasa estos últimos días por Argelia, y por las crecientemente complicadas relaciones entre el país africano y España. La semana pasada, las deterioradas relaciones alcanzaron un punto de tensión inédito cuando el gobierno de Argel decidió suspender el tratado de amistad y cooperación entre los dos países. Con ello, no sólo se ponen en peligro inversiones y exportaciones millonarias también entramos en un terreno inexplorado en lo que tiene que ver con una renovada presión migratoria sobre España o la lucha contra el terrorismo. El que el ministro Albares no acudiese a la Cumbre de las Américas para intentar recabar el apoyo de Bruselas, todo de manera precipitada, pone de manifiesto la gravedad de la crisis, que tiene a otro participante necesario entre bambalinas: Marruecos.
Hablamos de Argelia, y de la crisis en sus relaciones con España, y nos preguntamos por la historia de este país, y también la de su rivalidad con Marruecos. Una historia ligada a España entre otras muchas cosas, por las luchas en los tiempos del Imperio Español en el que, lo que hoy en día es Argelia, fue la base de los famosos Piratas de Berbería. Oran o la propia Argel fueron objetivos militares prioritarios para la Monarquía Española.
Convertida en territorio ultraperiférico del Imperio Otomano, con la crisis y decadencia de este, en 1830 Francia inicio la conquista del territorio. Una presencia de más de 100 años que resultó en una sociedad polarizada entre colonos franceses (los llamados “pieds noirs”) y la población local. Todo culminó con una cruenta guerra de independencia, cerrada con altas dosis de realismo por De Gaulle a través de los acuerdos de Evian.
Desde entonces, Argelina ha basculado entre su afinidad por el modelo socialista, la preeminencia del ejército y la hostilidad apenas disimulada con Marruecos, con multitud de puntos de fricción. La mayoría de ellos son tangentes con España (especialmente el Sahara), por lo que nuestro país, tras las últimas semanas más que nunca, se encuentra en el centro de un polvorín diplomático que ha enrarecido enormemente las relaciones con parte de nuestra siempre compleja frontera sur.