Los escándalos en Downing Street

Los escándalos políticos son moneda corriente en la historia política del Reino Unido, quizás por ello, Churchill se construyó un bunker muy cerca, para protegerse de ellos.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La política británica vuelve a estar en llamas. Si no hemos tenido bastante con el Brexit, y ahora con la creciente hostilidad entre Francia y Gran Bretaña fruto de la salida del Reino Unido de la UE y de la tensión migratoria y pesquera entre ambos países, salta a la palestra un escandalo muy british en el corazón de Downing Street. Ha salido a la luz que el personal del Número 10, residencia y oficina del Primer Ministro, celebró fiestas en el lugar durante la pandemia, al mismo tiempo que pedía a los británicos toda contención social posible para impedir la propagación del covid 19.

Ahora sabemos que Boris Johnson participó en una de ellas, lo que hasta hace poco se había negado, con el país en nivel 2 de alerta y las reuniones sociales prohibidas. No es el único de muchos escándalos que amenazan al primer ministro, y que tienen la política británica literalmente patas arriba.

Los escándalos políticos son moneda corriente en la historia política del Reino Unido, quizás por ello, Churchill se construyó un bunker muy cerca, para protegerse de ellos. Son tan viejos como su historia parlamentaria, y han implicado a reyes, reinas y sus amantes, y en ocasiones han llevado a políticos a fingir su propia muerte.

En el siglo XX los líos de faldas, con el trasfondo de la Guerra Fría, resultaron en momentos tan bochornosos como el escándalo Profumo. Mientras, un líder del Partido Liberal fue noticia acusado de intentar organizar el asesinato de un ex amante, de la manera más rocambolesca. Por el camino, muchas historias de espías, algunas en el corazón del entorno de confianza de la propia Isabel II, y un nombre con sabor español, Bienvenida Pérez que saltó a la fama internacional cuando intentó hacer caja con la historia de sus amoríos con lideres políticos y militares británicos.

Ahora Boris Johnson, cuya cuota particular de escándalos es bastante abultada, afronta uno que puede acabar con su tiempo en Downing Street, pero es un superviviente político que aun nos puede deparar sorpresa, y tardes de gloria y de drama. Y también de algún ridículo.