Expósito: "El coronavirus ha puesto el contador del mundo a cero, todavía hay partido"
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España está como estamos. Estamos como para tirar cohetes o estamos pa' no echar gota, como más te guste.
La verdad es que el mundo mundial tampoco está para presumir. Es como si el coronavirus hubiera sido un paréntesis temporal de lo ya se estaba preparando en el planeta Tierra. Y es que, con algunas variaciones, los malos, los nuestros y los que no se sabe. Siguen siendo los mismos. Por previsiones o por regiones. En Estados Unidos hay elecciones en noviembre. De entrada, nos encantaría ir a cubrir las elecciones allí mismo, pero sinceramente, visto lo visto, vete tú a saber.
El caso es que a diferencia de lo que parecía hace pocos meses, el coronavirus ha puesto el contador a cero. Digamos que hay partido ¿Qué ocurre? Pues que yo mismo, allí, en las anteriores elecciones, durante el recuento de votos en Times Square, yo mismo aposté por Hillay Clinton. Y ganó Donald Trump. Así que, a pesar de Donald Trump y del coronavirus, no seré yo quien apueste por Joe Biden.
El eje del mundo vuelve a pasar por Oriente Medio. Si hace una década se desplazó hacia el eje Af-Pak, no creo equivocarme si ahora miramos al eje vertical Turquía-Siria y al eje horizontal por mitad del Mediterráneo. ¡Ojo! a los agentes en liza en la región... post Daesh: Irán, Arabia Saudí, Turquía, Siria (o lo que quede de ella) Israel e Iraq (o también lo que quede de él).
Lo que más me llama la atención del eterno Oriente Medio, allí donde empezó todo, que no queremos darnos cuenta de que es la otra orilla del Mediterráneo. En esta parte oeste, España, Italia y Francia. En el Sur, Marruecos, Argelia, Tunez, el infierno de Libia y Egipto. Y allí en Este. Israel, Siria, Libano, Turquía y Rusia. Si, si, Rusia.
El coronavirus ha trastocado la geoestrategia mundial, insisto, pero no ha supuesto una revolución en los planteamientos. El ejemplo perfecto es China. Porque de su gestión de la pandemia, a pesar de ser el origen, pese a los secretos y las mentiras --suena a broma macabra que mantengan los 14.000 muertos de Wuhan-- el régimen chino se rehace de sus propios pecados. E incrementará su influencia en África, en América y en Oriente Medio. Mira si no... los acuerdos con Irán.
Los chinos saben de nuestras debilidades, de nuestra crisis económica y se van a aprovechar de ello. Con 5G, con yuanes o con turistas ricos cuando puedan. Y nos queda la Yihad en África. Durante esta pandemia y nuestro confinamiento, hemos hablado aquí en La Linterna en varias ocasiones sobre el Instituto español de estudios estratégicos. Y recuerdo un mensaje que nos dejó aquí su director, el general Dacoba, cuando nos dijo algo así como que no deberíamos perder de vista a nuestros vecinos del Sur.
Porque los malos saben aprovecharse de las peores circunstancias. La yihad se nutre de la miseria de la gente y ahora se alimentarán de las debilidades de los ya débiles gobiernos del Sahel. Desde Somalia a Mauritania, pasando por Sudan, Chad, Nigeria, República Centroafricana, Niger, Malí... el golfo de Guinea... Nuestra frontera Sur no es el Estrecho de Gibraltar o las vallas de Ceuta y Melilla. Nuestra frontera es el inmenso Sahel. Y termino este repaso al globo sobre lo que nos interesa, en Venezuela. Parece imposible que los venezolanos puedan estar peor... pero se confirma que la miseria, la corrupción y la inmundicia no tienen límite.
El régimen chavista y algún inexplicable palmero tipo Zapatero justifican el caos, pero aciertan en una cosa. Y es que el régimen continuará. No hay visos de cambio. Son capaces de matar de hambre a todos sus compatriotas antes que ceder sus imperios en el narco estado.
No deberíamos olvidarnos del drama de Venezuela en este repaso mundial. No deberíamos olvidar quiénes se lo llevaron crudo del régimen de Chávez, mientras esa gente se muere de hambre y entre la mierda. Mientras los venezolanos rebuscan en la basura para encontrar un trozo podrido de su propia dignidad. Así está el mundo. Anda que estamos... para dar lecciones.