Expósito: "España pierde otro tren en la UE"

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"Son las ocho, las siete en canarias 

La idea me la puso en bandeja mi colega Rubén Corral. Fue algo así como "estamos perdiendo otra oportunidad que ni pintada. España... Estamos perdiendo otra ocasión histórica para ponernos al frente, como decía, de la Unión Europea. Junto a Alemania, que tampoco está  para tirar cohetes".

Resulta que este lamento es absolutamente verdad. Una vez más nos quedamos con la hojarasca. Aquello de que los árboles no nos dejan ver el bosque. 'Oootra' vez nos fijamos en el dedo que señala a la luna y no en la propia luna.

Pues bien. Nos embelesamos en los Presupuestos y en 'pabloiglesias' como si el tío fuera  Churchill. En los extremos que se dicen progresistas y reformistas cuando son Esquerra Republicana y Batasuna, y no reparamos en la nueva ocasión perdida.

El pasado viernes tuve ocasión de participar en un foro organizado por el Congreso de Auditores de España. Moderé un coloquio con el ex ministro de Exteriores, García Margallo, y el ex comisario europeo Joaquín Almunia.

Mi primera sensación antes y después de dicho encuentro en Toledo:   la colaboración de los grandes es posible. Si se quisiera o quisiese, porque en los grandes temas, los que saben desde sus discrepancias, están de acuerdo.

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A saber...

1.- En la historia moderna de la Unión Europea, tan sólo dos países, dos de sus estados, jamás se han gobernado con una gran colación. Nunca. Esas dos naciones son Malta y España. Curioso.

2.- El futuro de Europa y de nuestra concepción de esta parte del mundo, nuestro futuro depende de África. No sólo del Magreb. El Sahel es la clave.

3.- O Europa intenta y se interesa por una solución en África, o nos estallará en la cara más pronto que tarde. Estados Unidos no lo va a hacer. Y Rusia o China ya te puedes imaginar cómo y para qué se involucran en África.

4.- En Europa los peligros son dos. A grandes rasgos: los populismos extremos y los ultranacionalismos internos. Bonitas manera de suicudarse.

5.- Italia es el ejemplo perfecto de cómo los extremos se tocan. Su prima de riesgo y su órdago a Bruselas son un aviso a navegantes de qué no hay que hacer.

6.- Turquía. El límite es el Bósforo. El futuro del desastre en Siria es fundamental para la Unión Europea. Su deriva rusa y su papel de válvula de refugiados hacen que Erdogan o quien venga detrás, tengan la mecha y la sartén por el mango.

7.- El Brexit es un sin sentido. Un callejón sin salida. Que sólo se podría reconducir con un nuevo referéndum.

8.-  El futuro de nuestro estado solidario y del bienestar, en clave doméstica y hasta simbólica, depende del futuro de las pensiones.  Primera solución a corto: retrasar la edad de jubilación.

9.- Nuestra vida depende de Europa, sus regulaciones y directivas. Mucho más de lo que pensamos. Algunos estudios señalan que un 60 por ciento de nuestra vida depende de la UE. Y un cinco por ciento o menos de las legislaciones locales o regionales.

Y 10.- El orgullo de pertenencia. La vieja y exitosa Europa. La mejor región del mundo. Nos falta orgullo y, lejos de mejorar, vamos a peor.

Bueno pues en España estamos perdiendo el tren de una ocasión que ni pintada. Porque en vez de plantarnos en el puente de mando con Alemania y Francia, cada vez nos parecemos más a Italia -sin ser italianos-. Cada vez somos más catetos mirándonos el ombligo regional interno y extremándonos con populismos extremos y locales. 

Ya me lo decían en aquel puente Simón Bolívar, entre Venezuela y Colombia: "Ustedes los españoles no quieren darse cuenta".