"No tenemos el valor necesario para reconocer, estudiar y afrontar la situación geográfica de España en el mundo"
Ángel Expósito señala todos los peligros a los que se enfrenta el mundo y que rodean a nuestro país: desde África a Europa, Asia y América del sur
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Ayer lo comentábamos en la tertulia: cómo está el mundo. Irán acude en socorro de Bashar al-Assad en Siria. Francia ante el abismo, si el gobierno cae será el más corto de la Quinta República, solo tres meses. Biden hunde a los demócratas con el indulto a su hijito Hunter, indultado de todo delito durante 2014-2024, y se libra de pagar por fraude. El Constitucional de Rumanía valida la victoria del candidato prorruso en la primera vuelta. Scholz, el canciller alemán, promete en Kiev que el apoyo de Alemania-Ucrania no flaqueará.
Y una guinda: el gobierno elige al jefe de gabinete del ministro Urtasun, el de Sumar, como nuevo embajador en Venezuela. Álvaro Albacete, que así se llama, según parece es diplomático pero no ha trabajado nunca en una embajada. Pues toma. Ahora coge un mapamundi, pilla una cajita de chinchetas de colores y clava una chincheta roja en cada país en guerra. Otra chincheta amarilla en cada país en peligro de guerra. Y otra chincheta azul en cada país con graves problemas políticos. Ah, otra más, verde, en los países con miedo al vecino.
Chinchetas rojas: Israel, Irán, territorios palestinos, Líbano, Siria, Ucrania, Rusia, Etiopía, Sudán, República Democrática del Congo, Afganistán, Yemen.
En preguerra, chincheta amarilla: Mali, Senegal, Burkina Faso, Nigeria, Chad, Camerún, el Sahel entero en África, todo el Golfo de Guinea, Georgia, el norte de Pakistán, el sur de Rusia, Bielorrusia, Libia, todo el Golfo Pérsico, más Haití, Taiwán, desde hoy las dos Coreas.
Chinchetas azules: Graves problemas políticos y crisis en gran parte de Hispanoamérica. Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador, México, Mauritania, Pakistán, Marruecos, y no te digo el Sáhara. Y países con miedo, miedo de verdad: Lituania, Letonia, Estonia, Finlandia, Suecia, Polonia, Moldavia, Eslovaquia. Y no te digo los países frontera. Desde República Dominicana al norte de África, desde el este de Europa a Escandinavia.
Así, me surgen un primer denominador común y es que estamos en medio de todo. Somos Hispanoamérica, país fundamental en el Mediterráneo, primer vecino del norte y del oeste de África. Y no queremos darnos cuenta. Dice y escribe el almirante Garat, nos lo contó anoche aquí en La Linterna, que no somos conscientes ni de los valores necesarios. No tenemos, mejor dicho, el valor necesario para reconocer, estudiar y afrontar nuestra situación geográfica. Digamos que bastante tenemos con nuestro ombligo cuando resulta que estamos rodeados de guerras totales, de crisis sociales profundísimas y de miseria.
Y una segunda clave, tras nuestra falta de conciencia: el Mediterráneo. Vuelve a coger el mapa mundi y, fíjate, desde el Mar Negro, en Ucrania, que linda por el Bósforo, hasta Egipto, pasando por Turquía, Tartush en Siria, todo el Líbano, Israel, la Franja de Gaza, Libia, Argelia, Marruecos, el Mediterráneo y, nosotros, en la puerta.
Nos queda, cómo no, la Unión Europea. La mejor región del mundo para vivir, sin duda, para los que somos europeístas convencidos, aunque no queramos saberlo. Pero mira cómo estamos. Con Alemania, ingobernable y en plena crisis. Con Francia, igual o más ingobernable. Con los populismos y los extremos increscendo en el Este y el centro de Europa pro Putin. Y mientras nosotros aquí, en España, con estos pelos y con esta banda. Mi conclusión, ya lo decía Aquino y Mafalda, paren el mundo que yo me bajo, o suena mejor, el mundo se va a la mierda y nosotros en medio.