Expósito: "Es cuestión de coartar la libertad desde lo más fundamental...la escuela"
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¡Son las ocho... las siete en Canarias!
Esta España nuestra vive, de un tiempo a esta parte, una circunstancia muy extraña. Casi insólita. Y no me refiero a la pandemia, que también. Me refiero a las libertades. Resulta que te cargas la separación de poderes, cuestionas la libertad de prensa, intervienes la economía, acabas con la libertad de elección de colegio y, sin embargo, tenemos libertad para insultar y para insultarnos porque es una cosa natural en estos tiempos de redes sociales. Digamos que pasito a pasito y decreto a decreto nos vamos cargando todas nuestras libertades menos una la libertad de insultar.
Sobre la separación de poderes, seamos sinceros. Aquella idea de libertad de hace dos siglos la división entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial se cs por el sumidero del poder. Entre el Parlamento y el Gobierno viene de lejos. El que se mueve no sale en la foto, que decía Alfonso Guerra el espectáculo del jefe de grupo parlamentario señalando con los dedos qué votar a sus diputados, las multas por romper la disciplina de voto, los decretazos, y no te digo las patrañas de las comisiones parlamentarias. O el poder judicial. Dolores "Lola" Delgado como Fiscal general del Estado es el ejemplo perfecto de lo que NO es la separación de poderes. Y espérate que queda lo mollar: la renovación de las más altas magistraturas del Estado.
La libertad económica. El liberalismo. Casi la mitad del Consejo de Ministros está formado por comunistas. Reconocidos, convencidos, orgullosos y confesos. Entre estos la ministra de Trabajo y el ministro de Consumo. Y qué decir de su jefe el vicepresidente del Gobierno. Te lo juro, Pablo Iglesias es vicepresidente del Gobierno de España. El tema es que la pandemia les ha venido de perlas. Para intervenir las empresas de bandera, para gobernar vía decretos y de tapadillo y para subsidiar el sistema entero. El problema no son determinadas políticas de auxilio. El problema es quién las gestiona y si tendrán marcha atrás. Todo lo contrario al liberalismo racional en lo económico es la economía subsidiada.
Pasito a pasito, aula a aula, se están cargando la libertad de educación de los padres. Desde que los niños "en ningún caso son de sus padres" hasta la asfixia de la escuela especial y concertada. Es cuestión de coartar la libertad desde lo más fundamental: la escuela. A donde estará llegando el disparate que se pone en duda hasta la libertad de prensa. La libertad de informar y de recibir información que no provenga de fuentes oficiales.
¿Te acuerdas de la pregunta del CIS? ¿Nos estamos volviendo locos? ¿Fuentes oficiales dirigidas, conformadas y obedientes al Pablo Iglesias de turno, a Echenique, a Monedero o a alguna de sus ex-asesoras?
Hablando del Rey de Roma -con perdón por lo de Rey- por fin encontramos una libertad que sí se puede. Una libertad que debemos naturalizar. La libertad de insultar. Mejor dicho la libertad que nos insulte él, sus secuaces y sus ex. Los coroneles no son libres, los jueces y fiscales tampoco, los padres y las madres no son libres para educar a sus hijos, los periodistas no somos libres para informar desde fuentes no oficiales pero el, ellas y sus esbirros sí son libres para insultar y ser insultados. Eso sí, lo dice y lo promueve desde esa chulería insoportable, un vicepresidente del Gobierno blindado en su casoplón por docenas de guardias civiles, un líder supremo rodeado de pringaos expertos en redes sociales a los que pagamos tu y yo. Lo dice un macho alfa escoltado por policías y coches blindados hasta para ir al súper.
Qué España tan grande y libre heredamos de nuestros padres y en qué experimento la estamos convirtiendo. Sin separación de poderes pero con Libertad "natural" para insultar.