Expósito: "El desastre de Podemos es de Iglesias, su casoplón el de Galapagar, su pasado es Hugo Chávez"
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Al final, que diría Julio Iglesias, la vida sigue igual con pequeños matices. Iñigo Urkullu seguirá como lehendakari con apoyo de los socialistas --es lo que tiene ser de izquierdas de toda la vida como el PNV, ¡JA!-- y Alberto Núñez Feijóo seguirá como presidente de la Xunta más reforzado aún ante Génova.
Como todas las elecciones estas autonómicas gallegas y vascas admiten mil y una lecturas. Por eso, el día después me quedo con unos cuantos flashazos para el análisis.
Empezando por el perdedor, con nombre propio Pablo Iglesias. Ayer aquí el protagonista del caso Pablo, del caso Dina y del casoplón de Galapagar aquí el figura tuiteó esto: "Nuestro espacio político ha sufrido una derrota sin paliativos. Perdemos buena parte de nuestra representación en el Parlamento Vasco y quedamos fuera del parlamento gallego. Nos toca hacer una profunda autocrítica y aprender de los errores que sin duda hemos cometido".
O sea que el de la campaña vuelve, el macho alfa, que pone parejas y ex parejas, el que somete su casoplón aunque chanchullo de referéndum. Él, ahora, habla en primera persona del plural: nuestro perdemos, nuestra, quedamos, nos toca, hemos cometido. No, líder supremo ¡Oh amado líder! habría que haber escrito: mi, pierdo, quedo, me toca y he cometido.
El desastre de Podemos es suyo. Como su pareja es la ministra de Igualdad, su casoplón es el de Galapagar, su pasado es Hugo Chávez, su tele es iraní y su ex… asesora es Dina. Otro aspecto que creo merece cierta atención. Vox sigue fuera del Parlamento gallego pero obtiene un escaño por Álava que vale su precio en oro. Pero me quedo con una clave que escuché anoche a Santiago Abascal cuando se refirió al acoso, a las pedradas, a los macarras y a los escraches sufridos por los candidatos de Vox tanto en Galicia como, sobre todo en el País Vasco. Y es que asistimos al mundo al revés. Porque Abascal y tantos otros fueron las víctimas, los perseguidos, los amenazados y los expulsados. No al revés.
Los blanqueados, los del relato, los que no condenan, los asesinos directamente, o los amigos de esos asesinos son los batasunos que han logrado el mejor resultado de su historia. 22 escaños. Bildu es segunda fuerza en el Parlamento Vasco. PNV y Batasuna más del 60 por ciento de los escaños. Es lo que tiene el blanqueo, el olvido, la ignominia y la educación.
Tercer punto para este otro análisis a mi juicio, a pesar de los 40 y pico mil muertos, las mentiras, el imposible consejo de ministros y los truños que nos ha clavado durante el confinamiento a pesar de todo Pedro Sánchez aguanta en votos. Sube un escaño en Vitoria (de 9 a 10) y se mantiene en 14 en Galicia aunque le adelante el Bloque.
Así que Pedro, a aguantar como sea tres años más, con un Pablo Iglesias muy debilitado que no tendría donde caerse muerto si no fuera por la vicepresidencia del Gobierno. Que no está mal. En suma, que todo sigue igual con pequeños matices cantados como la debacle del macho alfa o la caída del PP y Ciudadanos en el País Vasco. Todo sigue igual, incluida la gran duda:
¿Por qué Alberto Núñez Feijóo no quiso ser el líder del Partido Popular?
No es cuestión de que esté en juego el liderazgo de Pablo Casado en el PP. Ni toca, ni sería justo. Pero es imposible no repetirse otra vez la misma pregunta.
¿Por qué no dio el paso ante aquel Congreso fratricida entre Casado, Soraya y Cospedal?
Feijóo iguala el récord de Fraga de mayorías absolutas, pero tiene una ventaja. La edad, su experiencia en mil y una clase de gestiones y que la legislatura de Pedro y Pablo va a durar, poco más o menos, lo mismo que la suya.
Continuará...