El capellán de Soto del Real a Expósito: “No puedo presentar a Dios si no demuestro que les quiero"

Paulino Alonso ha relatado en 'La Linterna' su labor con los presos y lamenta que la mayoría no logran la resinserción por falta de personal en las prisiones

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Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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Todos estamos necesitados de una palabra de esperanza en un mundo como el de hoy, marcado por la incertidumbre y el ritmo frenético que nos impide poner en el centro lo esencial. También los que están privados de libertad necesitan ese apoyo. Cada tarde se desplaza hasta la prisión de Soto del Real en Madrid el Padre Paulino Alonso, capellán de esta cárcel.

Paulino Alonso además regenta el comedor 'Ave María' donde comen personas sin hogar. Aunque su sueño era montar un restaurante en Laredo, pronto se dio cuenta que su vocación era darse a los demás, concretamente a los presos. Su primera vez en una cárcel fue en 1994 en el centro penitenciario de Carabanchel. En 'La Linterna' ha confesado que sentía miedo.

“Fue una impresión de terror porque nunca había estado en una cárcel. Al trabajar en el comedor 'Ave María' con muchos de ellos, cuando entré en el centro uno me llamó Padre porque me había reconocido, y ya se me quitó un poco el miedo. Sentía que estaba en casa. Entraba para unos meses y al sentirme cómodo, quise trabajar continuamente con ellos”, ha relatado.

Con el paso de los años, El Padre Paulino se ha convertido en toda una institución en Soto del Real, aunque le incomode esa expresión, ya que se siente “uno más que quiere acercarse a los presos y funcionarios para tenderles la mano y que sea más feliz”, ha expresado.

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“No puedo presentar el rostro de un Dios que les ama si no demuestro antes que les quiero"

Cuestionado por su tarea en la prisión, el religioso trinitario lo tiene claro: “Estar”. Cada día accede a los módulos para conversar y escuchar a los presos. Si es necesario incluso puede caer una partida de mus. Cuando llega el fin de semana celebran la Eucaristía: “No puedo presentar el rostro de un Dios que les ama si no demuestro antes que les quiero y estoy con ellos. Por eso estoy a lo que surja, es pasar tiempo con ellos y el domingo presentarle el rostro de Dios a través de la Eucaristía y los sacramentos”, ha precisado en 'La Linterna' con Ángel Expósito.

Paulino es muy querido entre los presos. Les hace favores, regaña cuando tiene que hacerlo y sus Misas son adaptadas: “No puede ser igual la Misa en una parroquia donde la mayoría son mayores o en colegios con niños que en una prisión donde son personas privadas con libertad. Empezamos con fútbol, por son casi todos del Madrid y yo del Barcelona, y empezamos con la pelea. Luego la Misa es normal, pero adaptada a ellos con la participación de todos”.

Como en todas las prisiones, la procedencia, etnia y religiones son diversas, pero Paulino trata a todos por igual: “Tengo musulmanes que van a Misa y no se lo impido porque quieren escuchar el mensaje cristiano”, ha agregado.

La adaptación en prisión de personajes como Junqueras, Bárcenas o Rato

En prisión la condición social tampoco importa. Los hay desde quienes vagaban por las calles hasta figuras que ocuparon cargos de alta responsabilidad pública, como Oriol Junqueras, Luis Bárcenas o Rodrigo Rato. A todos ellos ha conocido el Padre Paulino, que reconoce que su adaptación no fue sencilla.

“Les cuesta más porque están acostumbrados a un ritmo de vida distinto. No es lo mismo la persona que estaba en la calle tirado que una persona que ha estado comiendo en retaurantes y durmiendo en hoteles. Es más duro. Yo estoy en contacto todas las semanas con Rato, que va al comedor del 'Ave Maria', y cuando dialogamos me dice que le costó mucho adaptarse. Es normal”.

Pero no solo el interno necesita ese apoyo, también las familias. Incluso a veces estos últimos más que el propio preso, ya que se dejan llevar por la imagen que las películas proyectan sobre un centro penitenciario: “El interno una vez dentro se va haciendo, pero la familia no acaba de entender cómo está la persona. Yo les intento hacer ver que no están mal del todo. No tienen libertad pero tienen los medios necesarios para salir adelante”, ha contado el sacerdote.

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El capellán lamenta que la mayoría de los presos no se reinserten: "Falta mucho personal"

Para el capellán de Soto del Real, el reto de los centros penitenciarios es conseguir un mayor porcentaje de resinserción, algo que no se produce actualmente debido a la falta de personal: “El objetivo es la reinserción pero a la hora de la verdad no es así porque falta mucho más personal para hacer un trato individualizado. No podemos tener un educador para cien personas porque no hay trato humano continuo y constante. Las prisiones están masificadas y esto lleva a que no podamos tratar a los internos como se debe para resinsertarles”, ha lamentado.

En este sentido, el primer paso para lograr la inserción es la reeducación, ya que muchos de los presos “han perdido los hábitos, su forma de actuar no son las normales y hay que hacerles ver que tienen que cambiar. Si no hay reeducación no podremos hacer posible que el preso se reinserte”, ha advertido.

Para quienes no consiguen la resinserción, el sacerdote aboga por seguir trabajando con ellos y no tirar la toalla: “Es un trabajo infinito, lo miportante es darse cuenta de que son personas y a pesar de que tegan problemas y dificultades y no se reinserten, hay que seguir luchando. Tirar la toalla es lo ultimo que se podría hacer”, ha aseverado.

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