Edurne rompe a llorar con Expósito al revelar la frase por la que pasó de la cárcel a trabajar de abogada
La Linterna cuenta la historia de una mujer que se emociona al recordar que pasó en seis meses de ser clase media a estar presa en Alcalá Meco
Madrid - Publicado el - Actualizado
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A todo el mundo ha tocado luchar contra alguna adversidad en la vida, un revés que puede que nos haya obligado a empezar de nuevo. Momentos tan oscuros en los que parecía imposible salir adelante, una situación parecida a en la que se encontraba Edurne, que se ha emocionado este lunes en La Linterna al desvelarle a Expósito la frase gracias a la que pasó de estar presa en Alcalá Meco a ser abogada.
Y es que, relata el comunicador de COPE, la vida de Edurne cambió en un instante. “De la noche a la mañana, se quedó sin trabajo y en la calle, un momento tan duro que la llevó a buscar refugio en la droga. Y de la droga, a la cárcel. En ese punto muchos habríamos tirado la toalla pero ella no”, contaba Expósito el lunes al final del programa.
La caída de Edurne en sólo 6 meses
La historia de Edurne empieza en 2015, cuando trabajaba de profesora de gestión administrativa, un puesto que le permitía llevar un sueldo a casa con el que vivía sin sobresaltos y le permitía algunos caprichos. Pero fue despedida y se quedó en la calle. Seis meses eternos en los que las calles de Madrid fueron su casa. con los peligros que conlleva que una mujer sea una sintecho.
“Pertenecía a la clase media, nunca pensé que las cosas se torcerían de esa manera y, cuando te enfrentas a eso, yo no tenía por costumbre pedir ayuda, eso fue lo que me perdió”, cuenta la propia Edurne en La Linterna. Reconoce que le daba vergüenza, que estaba acostumbrada a tener un sueldo y, “por no pedir ayuda”, acabó “en la calle”.
En aquel momento tenía 51 años, estaba desesperada y no sabía qué hacer para salir de aquel pozo. Entonces decidió convertirse en mula para unos traficantes: optó por pasar droga. Para Edurne era la única salida para dejar las calles.
La frase que sacó a Edurne de la cárcel
Las cosas, lejos de arreglarse, se complicaron mucho: seis meses y un día permaneció Edurne en la Cárcel de Alcalá Meco. Una vez cumplió la pena, pensó que lo peor había pasado y fue entonces cuando comprobó, en primera persona, la discriminación que sufren las personas que han pasado por prisión.
“La gente tiene muchos prejuicios con las personas que han estado en prisión, y somos muy válidos. La misma característica que tenemos es que aguantamos lo que nos echen, y yo estaba obsesionada con volver a ser una persona íntegra, digna, segura de mí misma y con la cabeza alta”, insiste la mujer en La Linterna. Una vez dejó Alcalá Meco, Edurne se propuso volver a su antigua vida.
Era una mujer que en su juventud había recibido formación, era licenciada en Derecho. Así que no lo dudó: se lanzó de nuevo al mercado laboral. En un mes llegó a mandar más de 300 currículums, pero no recibió ni una sola respuesta. “El que tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo”, una frase del filósofo Friedrich Nietzsche que fue la que Edurne no perdía de vista. Pero en este punto, apareció en su vida la Fundación Integra y, gracias a ellos, Edurne encontró trabajo y hoy tiene una responsabilidad fija en Cofares.
Precisamente, con este episodio de su vida, Edurne rompe a llorar contándolo en La Linterna: “Por fin llevo las riendas de mi vida y dependo de mi esfuerzo y mi trabajo. Disculpa que me ponga a llorar pero un es un cambio tan grande, es un sueño tener tu nómina, poder alquilar una casa, llenar el frigorífico y pagar un alquiler”.