Eslava Galán señala qué hay de realidad en el mito del Cid y si realmente descendemos de los moros
El escritor repasa con Ángel Expósito los momentos clave de la Reconquista y subraya que ninguna musulmana se casó con españoles, como sí pasó al revés
Madrid - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
El escritor especializado en género histórico, Juan Eslava Galán, repasa este martes en La Linterna los momentos claves de la Reconquista, como el papel de Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como el Cid, así como qué hay de verdad y qué hay de mito en su figura. Además, señala con Ángel Expósito la línea de descendencia española con relación a los musulmanes, así como si es verdad que descendemos de los moros.
Como el propio autor señala, no se puede entender la historia de España sin entender la Reconquista. Aunque España como estado moderno surge en el siglo XVIII pero la idea de España viene de la Edad Media. “Unos días antes de la Batalla de las Navas Alfonso VIII dijo que los que estaban ahí eran españoles e iban a recuperar lo que habían perdido. Eran Castilla, Aragón y Navarra. León estaba disgustado con Castilla y no participó, aunque sí lo hicieron soldados a título personal”.
Y es que de esa batalla salen las famosas cadenas del escudo de Navarra, aunque “salen un poco posterior, todavía el escudo era el águila negra”.
¿Por qué nos invadieron los musulmanes?
En el año 710 después de Cristo, al otro lado del Estrecho, surge una pregunta: ¿por qué los musulmanes se plantean conquistar la Península y más allá? “El islam considera que el mundo se divide en dos partes: los países islámicos y el mundo por conquistar”, explica el autor. “Ellos se plantean en ese momento la idea de que España es un territorio muy feraz y, al mismo tiempo, los godos tienen muchos tesoros, algunos procedentes del saqueo de Roma, que a su vez estaban los tesoros saqueados del Templo de Salomón”.
La conquista fue muy fácil. Tardaron dos años los musulmanes en conquistar casi todo el territorio peninsular, porque en el reino godo había una guerra civil y porque se decide en la batalla campal de Guadalete. Además, la población hispano-romana estaba un poco harta de impuestos, por lo que “le resultó fácil controlar, con la violencia y pactos, conquistar el territorio”, aclara.
Eslava Galán responde: ¿descendemos de los moros?
Pero, ¿descendemos los españoles de los moros? El escritor explica que hay fusión por parte de la población musulmana, que se casan con cristianas, las convierten al islam y los hijos son islamistas. “Sin embargo, las musulmanas no se casan con los cristianos”, matiza. Cuando los cristianos conquistan el Valle del Guadalquivir van vaciando las ciudades de moros y repoblándolas con gente del norte. Eso sí, especifica que la Universidad de Granada ha hecho estudios genéticos entre la población del norte de áfrica y la población española y apenas hay concatenación, “no descendemos de moros”, concluye.
Sobre los momentos claves de la Reconquista, Eslava Galán apunta que las más importantes son las batallas de Navas de Tolosa y la del Salado, que supone la recuperación del Estrecho. En el “Estrecho siempre ha habido un paso muy fácil de una zona a otra, se cruzaba por la parte Mediterránea, de Gibraltar a Almería siempre está muy abierta a África. Un puerto vital en la Edad Media es el de Almería siempre”.
La figura del Cid y de Alfonso X
“Parece que Alfonso X sólo se dedicó a pensar en las estrellas, en libros de gemas y la crónica, pero él quiere ser el digno sucesor de su padre, Fernando III, que es quien conquista el Valle del Guadalquivir”, señala el autor sobre el reconocido monarca. Como explica, Alfonso quería conquistar el Estrecho y, de hecho, querían seguir conquistando África.
Pero, ¿que hay del Cid? ¿Qué hay de verdad en la leyenda? “Era tan bueno que, cuando su sobrino acudió a un duelo, su contrincante oyó que llevaría una de las espadas de su tío y se dio por vencido, porque las armas se cargaban con el espíritu del poseedor”, explica.
De hecho, ironiza con que se ha exaltado durante la época de Franco y ahora parece que hay que hay que denigrarlo, “un facha de toda la vida”, comenta. “Se trata de un hombre de su tiempo, con un sentido del humor. Se enemista con el Rey y tiene que ganarse la vida con la espada, por lo que se emplea como mercenario con los reyes de Zaragoza. Se instala por su parte y conquista Valencia, lo cual es una gran hazaña, aunque no la puede consolidar, al perderse a su muerte”, concluye.