Este es el municipio de España que guarda el mayor trozo que queda de la cruz de Cristo
El franciscano Óscar Solloa relata a Expósito el viaje de cómo llegó la reliquia desde Jerusalén hasta una localidad española
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El director de La Linterna, Ángel Expósito, se encontraba este martes con una de las reliquias más importantes del mundo y que se encuentra en una pequeña localidad del norte de España. Concretamente, en una capilla. Allí, el hermano franciscano Óscar Solloa, explicaba en los micrófonos de COPE cómo fue el peculiar recorrido que hizo el mayor trozo que queda en el mundo de la cruz de Cristo desde Jerusalén hasta nuestro país. Pero, más importante que eso, quién realizó ese trayecto y quien trajo la reliquia cristiana hasta la península ibérica.
Concretamente, ambos están en la capilla de la Santísima Cruz en Santo Toribio de Liébana en el municipio cántabro de Camaleño. Y es que la historia del trozo de la cruz tiene un nombre propio: Francisco Gómez de Otero y Cossío, que fue arzobispo de Santa Fe de Bogotá. “Había nacido en un pueblito de aquí cerca que está en Turieno. Marchó a Colombia, llegó a ser arzobispo de Bogotá y, acordándose de su tierra natal, que era esta, y habiendo sido bautizado precisamente en esa en esta iglesia, esta capilla, mandó parte de los planos y del dinero para poder levantar esta capilla”, relata en La Linterna el franciscano Óscar Solloa.
Ambos se encuentran, tanto franciscano como periodista, ante el Madero de la Cruz. “Es el trozo mayor que se conserva en el mundo de la cruz de Cristo”, recalca Solloa. Un trozo que tiene 63 centímetros el palo vertical por 39. “Digo estas medidas para que sepamos que es el trozo más grande que se guarda en el mundo de la cruz de Cristo”, insiste.
Quién llevó el trozo de la cruz a España y cómo
Pero, ¿cómo llegó aquí? ¿Por qué llegó aquí? ¿Desde cuándo llegó aquí? Para contarlo, tenemos que partir de Santo Toribio del Liébana. Toribio era de Astorga, en la provincia de León y peregrinó a Tierra Santa, como un peregrino más en la época, pero con el tiempo llegó a ser el sacristán mayor y el custodio de las reliquias que se guardaban en Jerusalén. “Aparecen en un momento de la historia los persas, tratando de conquistar Tierra Santa”, cuenta el franciscano. Toribio, que era el responsable, por miedo a que pudiera caer en manos de los persas, con el permiso del patriarca de Jerusalén saca las reliquias y lo lleva y se dirige con ella a Roma.
Ya en Roma, explica Solloa, Toribio vive junto al Papa de la época, que era San Leon Magno, un tiempo determinado. “Tanto es así que el Papa le concede el privilegio de llevarlo a su tierra natal por la amistad que han entablado”, continúa contando el narrador al director de La Linterna. Así, Toribio toma la reliquia de Roma y lo lleva Astorga en el siglo V.
En Astorga está tres siglos, desde el V hasta la VIII, hasta la invasión musulmana. Los cristianos de Astorga temen que pueda caer en manos de los árabes mientras la conquista. Un grupo de cristianos devotos de la reliquia que deciden asegurar la reliquia y, por los montes de León, buscan un lugar más seguro que Astorga para ocultarla y esconderla y, por los montes, llegan aquí y se encuentran con un pequeño monasterio fundado en el siglo VI. Estos cristianos se dan cuenta que es un lugar casi inaccesible y lo dejan aquí. Desde siglo VIII hasta hoy. Más de 1200 años.