"Fueron las horas más tensas de mi vida": El incidente de un capitán de yate con tres orcas
Martín José García ha relatado en La Linterna cómo navegaba por el Estrecho de Gibraltar, de camino a Barbate, cuando estos animales se cruzaron en su camino
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Durante este verano, se está volviendo cada vez más habitual ver a las orcas interactuar con los barcos de las costas, más concretamente a veleros y pequeños yates. Las hembras de estos animales pueden medir entre 5 y 7 metros, mientras que los machos entre 6 y 8; y su peso está entre 3.800 y 5.500 kilos.
Suelen destrozar el timón de las embarcaciones a golpes, quedando los tripulantes a la deriva y teniendo que ser remolcados. El capitán de yate, Martín José García, sufrió algo similar.
Tres "animalitos" rondando la embarcación
Se dirigía con su familia desde Tánger a Barbate cuando notó un golpe violento. Tres orcas, dos adultos y una cría estuvieron hasta tres horas rondando su embarcación.
"Veníamos navegando del Cabo de Gata, habíamos hecho noche en Ceuta y sabíamos que teníamos la zona de exclusión de navegación por las orcas", comienza. Por ello, decidieron costear para dirigirse hacia la península.
García se encontraba comiendo "tranquilamente" junto a un compañero mientras iban en piloto automático, cuando les dieron un "violento golpe lateral". Cuando estaban intentando averiguar el porqué del impacto vieron a "los animalitos dando vueltas" alrededor de la embarcación.
El protocolo de actuación
"Lo primero que hacemos es llamar a Tarifa Tráfico, les indicamos nuestra posición y la incidencia con orcas", explica. Les pidieron las instrucciones del protocolo de intervención y les indicaron que tenían que detener toda "la máquina" y solo podían utilizar la radio, a la espera de que terminara el contacto y las orcas decidieran irse.
"Estuvimos tres horas de reloj aguantando embestidas", recuerda el capitán. El barco pesaba unas diez toneladas y lo movían con facilidad. En ese momento, el miedo les invadió porque se encontraban en movimientos. "Cuando estudias patrón, no te enseñan este tipo de incidencias porque ningún animal marino decidía atacarte", apunta.
Todos los presentes se pusieron los chalecos salvavidas y esperaron a que se fueran. "Fueron las horas más tensas de mi vida", añade. Del miedo pasaron a la impotencia por no poder hacer nada ante esa situación. Tras esta, la siguiente etapa fue la resignación.
Un "problema serio" en la seguridad de la navegación
"Llevo 30 años navegando y nunca había ningún ser marino que te atacase", lamenta. Sobre las razones de estos comportamientos, García cuenta que se están investigando, aunque hay varias hipótesis.
Puede tratarse de una respuesta a una agresión, o que los adultos estuvieran "enseñando pautas" a la cría, que golpeaba tras las orcas más grandes. Otros motivos podrían ser una "reacción defensiva a un hecho traumático" o al aprendizaje "por el tema del atún".
Sin embargo, el patrón recalca que un timón de barco no se parece a este pescado. "Solo atacan al velero porque la hélice del barco está muy lejos de la pala del timón y ahí no tiene riesgo", explica. García ha concluido denunciando que es un "problema serio" que afecta a la seguridad de la navegación y todo el mundo desea que las autoridades tomen medidas al respecto.