La promesa de un superviviente de Auschwitz a sus hijos: "Nunca la cumplió y yo se por qué"
Ian Stasinski, el preso 20.716, fue un superviviente de el exterminio que llevaron a cabo los nazis durante la Segunda Guerra Mundial
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Hay lugares en los que se puede respirar el horror. En Polonia encontramos uno de estos sitios: una edificación que fue testigo de una de las mayores atrocidades que ha cometido el ser humano: los campos de concentración.
El 27 de enero se conmemora el 80 aniversario dela liberación del campo de Auschwitz, el lugar en el que se concentraban una mayor población de prisioneros. Este estaba dividido en diez secciones. Había una zona para mujeres, otra para hombres, un campo para familias romaníes deportadas de Alemania y Austria y un espacio para familias judías deportadas del gueto de Theresienstadt.
Hoy el director de 'La Linterna' ha tenido la oportunidad de hablar con Joseph, un superviviente de las atrocidades del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial.
LA PRIMAVERA DEL 42'
Preso número 20.716. Este es el tatuaje que llevaba en el brazo Ian Stasinski, un estudiante polaco que sobrevivió a Auschwitz. Ahora su hijo Maciej Stasinski, un conocido periodista polaco, es el que cuenta su historia.
Ian murió en 1982 a los 61 años. Su vida estuvo marcada por los casi cinco años que pasó preso en el campo. Jamás pudo olvidar aquella primavera de 1942, el momento en el que fue arrestado por la Gestapo en Pozna.
"Era un joven estudiante que con un grupo de amigos escuchaba la radio de la BBC de Londres que emitía para los territorios ocupados por el Tercer Reinch. Esto era ilegal. Fue interceptada la señal de la radio y la Gestapo lo arrestó”, relataba el periodista polaco en 'La Linterna'.
CARTAS A UNA MADRE
Después de ser trasladado a Auschwitz comenzó su tortura. En los peores momentos Ian llegó a pesar 30 kilos. Su hijo ha explicado que "sobrevivió dos veces, casi milagrosamente, porque fue víctima de los experimentos médicos nazis. Fue contagiado de tifus dos veces para ver cómo reaccionaban los organismos de los prisioneros".
En medio de tanta degradación humana Ian Stasinski mantuvo la comunicación con su madre que Maciej aún conserva. El periodista cuenta que, aunque estaba permitido escribir a familiares, "los presos las escribía sabiendo que si decían la verdad iban a ser censuradas o iban a ser castigados por ello". Por esta razón muchos Ian le escribía a su madre cosas como: "mama estoy bien", "no pasa nada", "me tratan bien" o "estoy sano".
Maciej recuerda que en su casa nunca se ocultó la experiencia vivida por el cabeza de familia. Su mujer y sus dos hijos conocían el horror blindado por cercas de alambre de púas electrificadas, que vivió aquellos años.
"MI PADRE NUNCA CUMPLIÓ ESA PROMESA"
En noviembre de 1944 el ejército soviético se acercaba a Polonia y los alemanes decidieron evacuar el campo por grupos. Quienes podían seguir trabajando fueron trasladados a otros lugares al oeste de Alemania; lo que hoy es Chequia. Ahí pasó Ian los dos últimos meses de la guerra.
"Dos semanas antes de terminar la guerra él y un grupo de amigos lograron fugarse del campo de Liberec. Él regresó a su casa en Cosna”, relataba Maciej.
Una vez en casa con su familia, Ian Stasinski hizo una promesa a sus hijos: llevarles a visitar Auschwitz para enseñarles personalmente el lugar en el que estuvo.
"Mi padre nunca cumplió esa promesa y yo se por qué. Él había estado en Auschwitz después de la guerra, pero no con sus hijos. Eso no lo podía aguantar porque sabía que con nosotros no habría podido soportar la experiencia”, ha confesado el periodista.