Qué dice el sumario del crimen de Chiloeches: el valor real de los relojes y qué hizo el único superviviente

Un matrimonio de 52 años y su hija de 22 fueron asesinados a cuchilladas en su casa de Chiloeches (Guadalajara) el pasado 13 de abril. El asesino prendió fuego a la vivienda antes de huir con un botín mísero: una colección de relojes que tenía el padre y poco más de mil euros. Solo se salvó el otro hijo, de 21 años, Yerai, que escapó mientras mataban a su familia.

En menos de 48 horas la Guardia Civil de Guadalajara logró esclarecer el triple crimen: detuvo a dos individuos de 23 y 24 años, del vecino pueblo de Pioz y a una venezolana. Días después, al exnovio de la hija asesinada. Ahora, la juez ha levantado el secreto del sumario, y ha arrojado luz a algunos datos de lo que pasó esa noche y que explica este lunes en La Linterna Cruz Morcillo, periodista de ABC y especialista en sucesos.

Qué hizo Yerai para salvarse del crimen

Eran las tres de la mañana cuando Yerai, el hijo menor del matrimonio Villar Fernández, de 21 años oyó gritar a su padre y a su hermana. Se levantó (era el único que dormía en la planta de abajo del chalé) y vio cómo alguien intentaba abrir la puerta de su habitación. Según explica a Expósito Morcillo, el joven sujetó la puerta “con su cuerpo y el supuesto ladrón subió a la planta de arriba”. “Yerai cogió el móvil, salió del cuarto y vio a su hermana tirada en la escalera, ya muerta”.

Viene detallado en el sumario del caso que Yerai huyó por la puerta de la cocina que da a una terraza y se fue dos calles más allá a llamar a Emergencias. “A las 3.20 un vigilante de seguridad vio que había un incendio en esa vivienda de la urbanización Medina Azahara de Chiloeches y también llamó”, apunta la periodista en La Linterna. Así, sl volver el hijo a la casa ya estaba en llamas, mientras que los bomberos rescataron los cuerpos apuñalados de los tres. “El padre tirado a la entrada del dormitorio y la madre, Elvira, parece que ni se enteró, estaba muerta sobre la cama”. En palabras de Morcillo, “una salvajada”.

El papel del exnovio

Según el sumario, Fernando P. S., de 23 años, es el acusado de ser el autor material de los asesinatos, el robo y el incendio. Mocrillo asegura que es vecino de Pioz “sin oficio ni beneficio” y que recogió esa noche a su amigo, David M.A., de 24, en el Peugeot de la madre de Fernando. “Quería dar un palo como fuera, según la declaración, primero en una casa de Pioz y luego en un cajero”.

Al final condujo hasta la urbanización Medina Azahara, donde vivía la familia, detuvo el coche y decidió entrar por una valla que estaba rota. David se negó a acompañarlo, pero el otro le dijo que volviera a recogerlo y, si no, que llevara a su supuesta novia donde ella le dijera. “Entró en la casa a las tres de la mañana y asesinó a la familia con un cuchillo bayoneta y, luego, salió con el botín”: 14 relojes de poco valor y 1.050 euros.

Fernando corrió campo a través hasta llegar a su casa en Pioz. Allí le esperaban su madre y su novia, la venezolana, Windybeth G. M. Ellas dos y David habían vuelto a la urbanización a buscar a Fernando pero no lo encontraron. Entonces Fernando y la venezolana fueron a un hostal de Daganzo. “Al día siguiente la Guardia Civil detuvo a David, considerado cooperador necesario y, 24 horas después, a la pareja en el hostal”, comenta Morcillo a Expósito. Así, a los 15 días detuvieron a Cristian B., que era el novio de Laura como supuesto inductor al menos del robo.

Y es que Cristian, amigo de los anteriores, tenía una orden de alejamiento de Laura que tanto ellos como sus madres incumplían de forma sistemática. Según otro testigo, amigo de todos, Cristian “le propuso a él y a Fernando robar los relojes de la casa de sus suegros”. “Laura al parecer había hablado de esa colección y de que sus padres habían vendido una casa y tenían 30.000 euros en metálico”.

Cuánto valía en realidad el botín de relojes

No obstante, a pesar de que lo que aseguran los amigos de Cristian que habían planeado, la periodista de ABC comenta en COPE que “fue una salvajada por casi nada”. “Yo lo describo como la banalidad del mal en estado puro”, subraya Morcillo impresionada.

Y es que el gran botín que Fernando pensaba sacar de la casa de Chiloeches fueron, según el sumario, 14 relojes que no supera ninguno los 300 euros, “y hay otros de 30 euros”, apunta la colaboradora. “Ninguno de los implicados trabajaba ni estudiaba; todos eran amigos, varios consumidores de drogas”. Así, los implicados urdieron un robo “cutre de ninis desarraigados, plagado de medias verdades y 'palos' exiguos, que acabó en una carnicería”. Así las cosas, el autor, con 23 años, se enfrenta a prisión permanente.