La avispa velutina: enemigo público de las abejas y los apicultores

Dos alumnos del colegio Sek-Atlántico en Pontevedra, crean Codiceps Militaris la manera de luchar contra este insecto sin utilizar insecticidas 

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La avispa velutina, asiática o avispa asesina, un insecto que llegó a la península en este siglo XXI, y que en ocasiones hace la vida casi imposible a muchos apicultores. Dos alumnos del colegio Sek-Atlántico en Pontevedra, Galicia; han creado la manera de luchar contra este insecto sin necesidad de utilizar insecticidas químicos.

El mayor censo de colmenas de abejas se centra en Extremadura, Andalucía, Castilla y León y la Comunidad Valenciana. La relación Varía en cuanto al número de explotaciones, donde la mayoría se concentra en Castilla y León, Andalucía, Guadalajara o Galicia. Sólo en Extremadura hay más de 6660.000 colmenas y viven directamente de la apicultura unas 1.700 personas. Cada sector tiene su enemigo más inmediato, y para las abejas, la avispa velutina es su principal verdugo.

El sector apícola español supone alrededor del 0,44% de la producción Final ganadera y el 0,17% de la Producción de la rama agraria, con un valor anual de su producción: miel, cera y polen, estimado en unos 62 millones de euros. Pero al igual que el resto de sectores tiene sus principales dificultades y la avispa Velutina es una de ellas.

se trata de un insecto que lleva desde 2005 invadiendo colmenas, por lo que está siendo un gran problema para los apicultores. Nuno Sinde y Pedro Fernández son los estudiantes creadores del proyecto Códiceps Militaris, que es una lucha biológica contra la Velutina.

En españa hay más de un millón y medio de colmenas y todas sufren el ataque de esta avispa asesina que se alimenta de las abejas, pero también atacan a las personas, seguro que recordarás que julio de 2018 fue un mes en el que tres personas murieron en Galicia tras ser picados por la avispa velutina.

En nuestro país conviven dos modelos productivos de apicultores que reflejan la actividad de cada región. Por una parte, podemos hablar de los apicultores pequeños que no practican la trashumancia, localizados en la zona norte, noroeste y las regiones insulares, y los de mayor grado de profesionalización, predominantes en el centro, Sur y Sureste cuya mayoría sí practican la trashumancia.

Tenemos que recordar que si no fuera por las abejas seguro que muchas plantas y flores no tendrían este aspecto reluciente sobre todo en primavera, pues son las encargadas de polinizar los campos manteniendo así la biodiversidad y conservando el medio natural.