Las claves de la financiación singular para Cataluña: solidaridad y ordinalidad

En 'La Mañana Fin de Semana' analizamos con un experto económico los nuevos conceptos que exige Cataluña

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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La financiación singular para Cataluña ya es una realidad sobre el papel, veremos si llega a aplicarse de facto porque el recorrido legal y parlamentario no es sencillo.

Tampoco conocemos la letra pequeña del modelo, pero sí el marco general que recoge el acuerdo de investidura pactado entre el PSC y Esquerra para la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Y, ese molde es una vieja reivindicación de los independentistas catalanes recordemos.

Cataluña que recaudará liquidará e inspeccionará el 100% de los impuestos generados en el territorio a través de la Agencia Tributaria catalana.

Fuentes de Hacienda aseguraban esta semana a COPE que el acuerdo es un avance hacia el autogobierno de Cataluña y que se garantiza la solidaridad interterritorial y la igualdad en la prestación de servicios públicos en toda España, pero sobre el papel no hay nada que lo garantiza.

Como explica Marta Ruiz, jefa de Economía de COPE, lo que sabemos es que Cataluña va a recaudar y va a gestionar todos los impuestos: los regionales y los estatales. Así, en la práctica es salir del régimen común, al igual que País Vasco y Navarra, que tienen ese régimen especial foral que está recogido en la Constitución.

Una vez recaudados esos impuestos, continúa Marta, la Generalitat lo que haría sería pagar el Estado una cantidad por los servicios prestados y luego aportaría otra cantidad al Fondo de Solidaridad, pero eso sí con un tope que vendría marcado por el principio de ordinalidad.

Ahora mismo Cataluña junto con Madrid y Baleares es aportadora neta del sistema, quiere decir que pone más de lo que recibe, pero no está en el equipo de las regiones infrafinanciadas que lideran Murcia y Comunidad Valenciana.

Solidaridad

Con Diego Martínez López, catedrático de Economía en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, analizamos en qué se traduce esta financiación singular para Cataluña y en qué medida este concierto afecta a la solidaridad entre las regiones.

Una solidaridad que, como asegura el catedrático se verá afectada porque “no solamente se trata de lo que gira alrededor del sistema de financiación y ese reparto que hay de recursos mutualizados en el sistema de financiación sino también esa dotación de recursos adicionales, esos impuestos hasta ahora estatales en el territorio catalán que van a ser recaudados directamente por la Generalitat y que no va a revertir de ninguna forma a las necesidades de gasto de todo el territorio nacional, como peude ser en Defensa, en dotaciones adicionales a comunidades autónomas, en seguridad, en Medio Ambiente, etc”.

De ahí que Cataluña no siga aportando lo mismo a la caja, como venía haciendo hasta ahora, “por una cuestión de incentivos”, aclara Martínez. “Si todo este follón este follón desembocase en una aportación de Cataluña a la solidaridad interterritorial similar a la que tiene ahora, no sé en qué quedaría la cosa”.

Recuerda el catedrático de Economía que “quien tiene la llave de la caja no esté en una situación de superioridad a la hora de negociar cuanto aporta a la solidaridad”.

Principio de ordinalidad

En este acuerdo entre ERC-PSC entra en juego un nuevo concepto: el principio de ordinalidad que, como explica Diego Martínez, “consiste en que hay una correspondencia perfecta, bastante ajustada entre la financiación por habitante que percibe cada región y lo que aporta cada comunidad en términos per cápita, es decir, la que más aporta recibe más financiación que la que menos aporta. Se establece un orden”.