¿Cómo sobreviven el turrón, el cava o los mercados navideños a la crisis del coronavirus?
Productos como los mazapanes, árboles de Navidad o la sidra ven sus ventas aumentadas durante la campaña navideña. Una campaña clave que puede determinar el rumbo del resto del año
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Hay muchas cosas que te pueden recordar a la Navidad. Las calles alumbradas y los villancicos que resuenan sin parar. También algunos sentimientos que parecen florecer en esta época, como la solidaridad o la empatía. Pero a quién vamos a engañar, si hay algo que de verdad recuerda a estos días son los grandes festines de comer y beber. Es momento de alegría y de celebrar, aunque este atípico año nos haga hacerlo de forma muy reducida, y siempre sacamos de la despensa lo mejor. Las mejores bebidas para brindar y el mejor turrón.
Todos estos productos llegan de las empresas a nuestros hogares, pero este año las empresas han notado también esa crisis provocada por el coronavirus.
En Casa Mira llevan desde 1855 elaborando polvorones. Ahora, van ya por la sexta generación a la que pertenece Carlos. Esta empresa familiar vive gran parte del año gracias a las cuentas de estos meses. Carlos asegura que “todo queda muy a expensas de cómo salgan estos dos meses”. Si salen más o menos como se prevee, dicen, podrán “mantenerse”. Esta campaña es clave.
Ante las restricciones de movilidad que se han tomado para intentar frenar el avance del coronavirus por nuestro país, Casa Mira ha apostado por renovarse. Algo que parece impensable no tener en el siglo XXI, venta online, era lo que les faltaba. Antes tenían una página web donde mostraban sus productos, pero todo era vía correo electrónico o por teléfono.
Echando la vista atrás, Casa Mira no recuerda una época económicamente tan mala “desde la Guerra Civil”. Carlos y su equipo están “apostando esta campaña tirando con lo de la campaña anterior y hemos abierto esta a ver cómo funcionamos y cómo tiramos. No sabemos si va a ir bien, si va a ir mal, es todo mucha incertidumbre lo que tenemos”.
Otro sector fundamental que se encuentra en una situación similar a la de Carlos es el de las bebidas. Marcelino Díaz tiene una bodega en Almendralejo, donde los pedidos de cava “no van mal”. Pero la incertidumbre también predomina, aunque Marcelino tiene “la esperanza de que aunque no sea como un año normal, todo el mundo celebrará la Navidad y tomarán algunas botellitas de cava”.
La otra cara de la historia es la del optimismo absoluto. Los productos de Paco no son digamos comestibles. Él trabaja en Viver Projardín y cree “que se van a vender más que nunca". El gremio de plantas está con ventas muy razonables. Su explicación es porque “la gente está muy aburrida en su casa y quiere verla bonita”. De hecho, este año asegura haber pedido más abetos para vender en Navidad que otros años. En concreto, cree que va a vender un 10% más de pedidos que otros años.
Otro clásico de la Navidad son los mercadillos navideños que adornan nuestras ciudades. Nos hacen los paseos más amenos y nos invitan a impregnarnos del espíritu navideño. En Nuevos Ministerios, en Madrid, hay uno de ellos, que vive su primera pandemia y con ello, las medidas. Irene trabaja en un puestecito de chocolates y aseguraba que “hay gente y como son cosas muy típicas de Navidad sí que hay venta, días mejores que otros, pero hay. Se está vendiendo bastante bien”.
Entre los paseantes, la opinión coincide bastante. Notan que hay “mucha menos gente y que se mantienen las distancias”. A Lucía, por ejemplo, le daba un poco de miedo ir por cómo se encontraría aquello, pero dice “necesitaba sentir la Navidad”. Salir a merendar, a tomar algo, ver las luces y pasear por el mercado.
Y como a todo en este año, este virus también se ha apuntado a los mercados navideños. No ha faltado un puesto de mascarillas en el que Alba contaba que se están “acoplando a la situación actual. La gente lo utiliza un poco como excusa por la decoración, porque lo que más les gusta es el diseño, realmente tienen mascarillas pero lo que más les gusta es el diseño”.