'LA MAÑANA FIN DE SEMANA'
Fernando de Haro: "No es Puigdemont, son los jueces los que marcan el paso"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La semana que entra comienza una nueva ronda de declaraciones en el Tribunal Supremo, ante el juez Llarena, de seis imputados por delitos de sedición, rebelión, y malversación. Algunos imputados tienen todavía importantes cargos en las formaciones independentistas. Llarena tiene citada a la exdiputada de la CUP Anna Grabriel, que no se sabe si acudirá porque algunas fuentes la sitúan en Cuba o en Venezuela. Luego comparecerá la coordinara del PDeCAT Marta Pascal y la número dos en la lista de Esquerra Republicana, Marta Rovira. Los citados eran, según el conocido documento Enfocats - incautado por la Guardia Civil y citado por el juez Pablo Llarena a menudo en su autos- miembros del comité estratégico que coordinaba la independencia.
Ya ha quedado claro que el juez Pablo Llarena no se anda con chiquitas. Y esas declaraciones ante el Supremo Marta Rovira, y de Marta Pascal, van a marcar el ritmo. Aquí quién marca el ritmo del independentismo son los jueces, el juez del Supremo Pablo Llarena y los magistrados del Constitucional y no Puigdemont.
Este sábado se cumplieron 100 días del ingreso en prisión de Oriol Junqueras, los Jordis y Joaquín Forn. Si Llarena no hubiera mantenido en prisión a Junqueras, si los magistrados del Constitucional no hubieran tomado por unanimidad la decisión de suspender la investidura ahora las cosas serían diferentes. Los jueces marcan el ritmo y el independentismo sabe que no se puede andar con tonterías. Por eso Roger Torrent, el presidente del Parlament, acató la suspensión de la investidura determinada por el Constitucional. Por eso esta semana hemos oído, en las grabaciones que nos han ido llegando de las declaraciones de Carmen Forcadell y de los ex miembros de la Mesa del Parlament, como ante Llarena, todos se desvincularon de la vía unilateral.
Pocas bromas ante el juez. Por eso, según algunas fuentes independentistas, la gente de ERC y algunos del PDeCat andan intentando que Puigdemont, que lo tiene todo perdido, bajo el pistón. Por eso ERC no apoyó el viernes la propuesta de modificar la ley de presidencia que haría posible la investidura virtual. Por eso ayer ERC incrementaba la presión para que Puigdemont aceptara ser presidente simbólico. Este sábado habló Marta Rovira, secretaria general de ERC, que tiene que declarar ante Llarena el 19 de febrero. Rechazo un acuerdo a medias" con JxCat,y pidió un"acuerdo global sólido y firme", negociado con "rigor" para poder formar un Govern efectivo en Cataluña. Hace falta inteligencia, hace falta un Gobierno efectivo, dice Rovira. Rovira pide que se deshagan de una vez de Puigdemont, que le den la presidencia simbólica y le dejen declarar sin muchas tensiones ante Llarena. Mandan los jueces.
Ayer Puigdemont se puso florido, poético, literario al recordar los cien días de los presos de Estremera. En un tweet escribió: “sois luz y esperanza en medio del yermo impuesto. Sois las cuatro lanzas que derrocarán a los reales carceleros”.
Las “cuatro lanzas” están contentas, el astillero para las cuatro lanzas en Estremera mide 11 metros cuadrados, la residencia de Waterloo tiene 500 metros. Con un astillero de 500 metros ya puede uno permitirse el lujo de hacer versos, malos versos. La lanza Junqueras escribió un tweet bastante clarito: hay que dejarse de poesía, “ el mejor regalo -ha escrito-que me podéis hacer es formar Gobierno, recuperarlo para avanzar nacional y socialmente.
El Gobierno ha hecho saber en las últimas horas que estudia recurrir la propuesta registrada el viernes para reformar la Ley de la presidencia de la Generalitat y del Govern. Mandan los jueces, las declaraciones de la última quincena de febrero ante Llarena van a ser decisivas. Como va a ser decisiva la decisión que tome el Constitucional en respuesta al recurso que presentó el Gobierno contra la investidura de Puigdemont. El Constitucional dictó el sábado 27 de enero medidas cautelares pero todavía tiene que resolver el recurso del Gobierno contra la investidura de Puigdemont. Y si resuelve en contra, ERC y una buena parte del PDeCAT habrán encontrado el motivo perfecto para obligar a Puigdemont a dar un paso atrás.