Las canicas, las chapas o la taba: los juegos tradicionales que sobreviven con las nuevas tecnologías
no hace mucho eran los juegos principales para el entretenimiento, una forma de vida que ido cambiando a lo largo de los años
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Con la llegada de las nuevas tecnologías muchas cosas han cambiado, entre ellas, el entretenimiento. Los juegos tradicionales, los de toda la vida: las chapas, canicas o la taba, han visto cómo los videojuegos modernos se han echo con el papel que tenían de entretener a los personas. Con los recuerdos de Marcelino, que a sus 86 años, lleva desde hace más de 20 años reuniéndose con sus amigos en un centro de mayores, queremos recordar cómo se jugaba a la taba o las cartas.
Los juegos tradicionales son irreemplazables. “Cogías un círculo de la rueda de un caro y aquel aro cogíamos un gancho e íbamos jugando con él. A las canicas jugábamos al 'gua' y al triangulo...”. Son algunos de los ejemplos que recuerda Marcelino a quien entrevistamos desde el centro de mayores Luca de tena de Madrid.
El juego de las canicas se remonta a la Antigua Roma y al Antiguo Egipto, se encontraron canicas en la tumba de un pequeño egipcio del año 3.000 A.C. También se utilizaban en Creta, y la tradición se extendió hasta la Edad Media. Hablábamos de que el material es el vidrio, pero también se jugaba con aceitunas, avellanas, castañas... o incluso de piedra.
Tanto las canicas, la taba o las chapas son juegos que forman parte de la cultura de nuestro país. Moisés tiene 68 años y lleva tiempo colaborando con el mismo centro de mayores, asegura que “las cartas, las veo como lo que estamos hablando que se están perdiendo. Te digo, cuando me obligaba mi suegro, a toda la familia y éramos 19 con los hijos que tenían ellos...es una maravilla. Nos obligaban a cenar, terminabas de cenar, te tomabas una copa, luego a echar una partidas”.
Las chapas: probablemente uno de los juegos con materiales más sencillos, para jugar solo hacía falta conseguir chapas de los botellines o los tapones de las botellas... y sobre todo una gran destreza.
Marcela es aficionada a los juegos de mesa, pertenece a un club que desde hace 10 años, afirma que “la parte social es lo que más me gusta de los juegos de mesa. Te sientas con unos amigos, incluso con tres desconocidos... y es que en cinco minutos te estás riendo, estás hablando de todo... el juego y las mecánicas te unen a los demás aunque estés compitiendo. Es un ambiente bastante sano...”
Sin lugar a dudas la peonza también hizo y sigue haciendo disfrutar a mucha gente cunado la haces girar y bailar con la cuerda. Su conocimiento data desde el año 4000 a. C en Grecia donde ya se utilizaban, se sostiene que las primeras peonzas fueron elaboradas con arcilla en la zona del río Éufrates.
Hoy día resulta difícil encontrar espacios urbanos habilitados para este tipo de juegos, pero gracias al trabajo de diferentes asociaciones culturales repartidos por todo el país, trabajan para que esta parte de la historia de España no desaparezca por completo. “Los campeonatos son para llamar la atención”, aclara Carlos de la Villa, presidente de la Asociación Cultural Tanguilla, “porque todo lo que no sea competir como que no tiene valor. Lo que más hacemos son actividades con la familia. Les enseñamos juegos de mesa, de sociedad, con barajas, juegos con dados o de azar...”.
Es verdad que con la llegada de los videojuegos, los móviles, en definitiva las nuevas tecnologías, se ha ido perdiendo la práctica de jugar en familia, sobre todo este tipo de juegos que tienen su aquél, algunos se han digitalizado pero seguro que nos es lo mismo.