Natalia, ucraniana, en COPE: “A mis padres les pregunto cada mañana si están vivos”

Está refugiada en una zona rural a 50 kilómetros de Kiev

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Desde que empezó la invasión rusa de Ucrania hace ya unos días, y ante la resistencia mostrada por los ucranianos para que Rusia no tome Kiev, la capital, muchos son los que emprenden la huida hacia zonas rurales porque no quieren abandonar su país.

En ‘La Mañana Fin de Semana’, hablamos con Natalia, ucraniana, 37 años y profesora de Literatura que en estos momentos se encuentra refugiada “en un pueblo a 50 kilómetros de Kiev, un pueblo que carece de edificios base, de aeropuertos militares. Estoy en una zona que no es interesante para los rusos” cuenta la ucraniana que asegura no tener “ningún problema” de abastecimiento, “tenemos todo lo necesario para comer y beber”.

Natalia vive, ahora, en casa de unos parientes, “somos siete adultos y cuatro niños” y están a la espera de otra familia “que intentó salir de Kiev este viernes pero no lo lograron”, aunque confían que puedan hacerlo en breve “aunque hoy no lo harán porque hay toque de queda, a ver si lo pueden hacer mañana por la mañana”.

En Kiev siguen los padres de Natalia con quienes “cada mañana chateamos y en vez de decirnos ‘buenos días’ preguntamos si están vivos. Y esta mañana me han respondido que sí, que todo bien”. Una desolada Natalia relata que “están bajo las sirenas, bajo la aviación, bajo explosiones pero vivos”.

Los hijos de Natalia tiene 12 y 7 años y nos cuenta Natalia que cuando empezó todo le hacían muchas preguntas “¿qué está pasando?, ¿por qué el cielo está de color naranja?, ¿por qué vuelan los helicópteros?, ¿por qué escuchamos sonidos de disparos?...” a los que ella respondía diciéndoles que “son nuestras Fuerzas Armadas, tienen que luchar para protegernos, todo lo que escucháis es nuestra protección de nuestro Ejército, y con este pensamiento se quedaron en el pasillo a esperar que se acabara”. Y ahora, pasados unos días, dice Natalia que sus hijos “no me preguntan nada, ya lo entienden todo”.