La Mezquita-Catedral de Córdoba, la expresión máxima del arte islámico en España

En 'La Mañana del Fin de Semana' descubrimos los secretos y nos adentramos en la historia de la majestuosa Mezquita- Catedral 

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La Mezquita- Catedral de Córdoba, la expresión máxima del arte islámico en España

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Es el monumento más importante de todo el occidente islámico y una de los más asombrosos del mundo. Estamos ante la expresión máxima del arte islámico en España, como nos ha contado Agustín Jurado, responsable de comunicación del Cabildo Catedral de Córdoba.

Se empezó a construir en el año 786 y se convirtió en el mejor ejemplo de la pujanza del Califato Omeya de Córdoba, bajo el mandato del Emir Abderramán I sobre los restos de una basílica visigoda. La de San Vicente. Así que una basílica visigoda es el primer vestigio arqueológico que está en el subsuelo de la Mezquita- Catedral.

Fue la segunda mezquita más grande del mundo en superficie, solo por detrás de La Meca y el principal lugar de oración de los gobernantes de Al-Andalus y una muestra de su poder político y económico. Y una de sus principales características es que su muro de la quibla no mira a La Meca, como es habitual en las mezquitas.

Se consagró como catedral cristiana con la conquista en el año 1236 por parte del Rey Fernando III el Santo. Los cristianos decidieron preservar la Mezquita en lugar de destruirla, realzando su belleza.

Gracias al uso católico que se le dio a la mezquita, esta maravilla pudo sobrevivir y ha llegado intacta a nuestros días, como ha reconocido expresamente la UNESCO.

Hay infinidad de rincones que no hay que perderse al visitar la Mezquita- Catedral. Por supuesto, el Patio de los Naranjos, con sus palmeras, cipreses y naranjos es un auténtico remanso de paz en la bulliciosa Córdoba. También la Torre-Campanario, que es otro elemento, podemos decir, “reciclado” de la época califal. En sus tiempos fue un alminar musulmán desde el que se llamaba a los fieles a la oración, y después de la conquista cristiana fue reconvertido en campanario. Por supuesto, el mirhab. Si ya asombra la majestuosidad del bosque de columnas, el mirab es algo fuera de serie, está dentro del muro de la quibla, es decir, el lugar hacia donde se orientaba el rezo. Y no hay que olvidarse, desde luego, de la Capilla Real, una muestra del arte mudéjar único en Córdoba.

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