Ángel Correas: “El coronavirus no sale en las papeletas pero desde luego saldrá en los resultados este 14-F”
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Política y pandemia vienen a confluir en un factor clave en las elecciones catalanas. La participación o en sentido inverso la abstención.
Es verdad que no son las primeras elecciones que se han organizado en España en medio de la crisis del coronavirus. El pasado 12 de julio ya se votó en Galicia y País Vasco. La diferencia es que la situación epidémica es ahora mucho más complicada. Este dato es bastante ilustrativo, la incidencia acumulada el 12 de julio, en Galicia y País Vasco, no superaba los 10 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes y ahora mismo en Cataluña supera los 300 puntos, según el Ministerio de Sanidad.
El aspecto positivo es que estas elecciones llegan con el coronavirus perdiendo fuerza en esta tercera ola y la situación sanitaria, aunque complicada, es bastante mejor que la semana pasada. Los ingresos por COVID se ha reducido un 30% en Cataluña.
PSC, Esquerra y Junts per Cat
3 factores políticos a tener en cuenta para esta jornada: el primero la igualdad entre el PSC, Esquerra y Junts per Cat lo que va a determinar futuros acuerdos. El segundo, la fragmentación del constitucionalismo tras la pérdida de fuerza de Ciudadanos lo que va a determinar futuros acuerdos. Y el tercero, la abstención, lo que puede determinar futuros acuerdos.
Para enredar más la madeja, cualquier resultado en Cataluña va a tener una traducción directa a nivel nacional.
Por ejemplo, si el efecto Illa se hace real y el PSC gana las elecciones, no solo será la victoria de Illa sino la victoria de la factoría de Moncloa y veremos cómo se pone ya en marcha el efecto Sánchez.
El efecto Illa
Sin embargo, aunque Illa ganase, muy probablemente dependería de otros para formar un gobierno y ahí es donde se evaporan las burbujas de la victoria. ¿Con quién pactaría Illa? ¿Con Ciudadanos, PP o VOX? De quienes reniegan en el Congreso. Y si al final pacta con estos partidos nacionales ¿qué harían los socios de legislatura de Sánchez? ¿Seguirían apoyando al PSOE?
Podría darse un escenario que invitara a reeditar un tripartito, pero eso supondría que Esquerra tendría que romper su cordón sanitario al PSC demasiado pronto y sería además demasiado descarado.
Otra posibilidad es que el efecto Illa, no tenga efecto. Esto dejaría por un lado con una apuesta perdida a Pedro Sánchez y por otro podría suponer un nuevo gobierno independentista y tendríamos al secesionismo no solo reforzado en Cataluña sino también a la hora de seguir negociando con Moncloa. Otro gobierno secesionista en Cataluña sería volver a la casilla de salida de un camino que está lleno de piedras en las que ya han tropezado al aplicar la vía separatista. Y en ese tropiezo más de uno acabó en prisión.
Ciudadanos, Vox y el PP
Ahora mismo, es difícil reeditar una victoria como la de Ciudadanos en 2017. Con esta clave, será curioso observar cómo podría distribuirse ahora el electorado constitucionalista. Ciudadanos tiene su raíz en Cataluña, allí nació, creció y ganó unas elecciones y se hizo fuerte en el resto de España. Ahora está en el proceso inverso. El resultado que obtengan hoy marcará en buena medida el futuro de este partido.
Buen parte de las aspiraciones de Illa pasan, precisamente, por recoger votos que Ciudadanos podría perder desde el centro izquierda. Algo parecido pasa en el PP, pero con los votos de centro derecha.
Pablo Casado ha apostado fuerte a la renovación de su partido, lo ha hecho también en Cataluña con un buen candidato pero mientras pero con una mano tienden la red para coger votos de Ciudadanos mientras ponen la otra para taponar una posible fuga de votos hacía VOX.
Y es precisamente VOX el partido que menos tiene que perder en este envite porque de no tener representación ahora puede conseguirla. Para VOX, el Parlament es una plaza tan complicada como buen escaparate.
Estos son escenarios posibles con su reflejo nacional, luego puede haber y habrá mil matices.
Pero la gran pregunta, la gran incógnita recae sobre el factor abstención. Quién gana y quién sale perdiendo con una baja participación.
Y con otra clave, gran parte de esa abstención se puede dar por una situación inédita, el temor a ir a votar. Algo de lo que hasta ahora no tenemos procedentes. Es un factor externo a la política pero que impacta de lleno en el resultado político. Así que, de alguna manera, el coronavirus no sale en las papeletas pero desde luego saldrá en los resultados.