Antonio Herraiz: "Con sus dudas y contradicciones, Arrimadas ha quedado retratada"

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La Comunidad de Madrid trata de aclarar el embrollo jurídico por el adelanto de elecciones y las dos mociones de censura que PSOE y Más Madrid presentaron después. Disuelta la Asamblea, el parlamento queda en manos de la diputación permanente y este órgano ha recurrido a la Justicia para que decida. De momento, se mantiene esa convocatoria para el 4 de mayo.

Al margen de las cuestiones jurídicas todavía por aclarar, hoy es un día en el que la dirección de Ciudadanos trata de relamerse de las heridas. Sólo había que escuchar esta mañana el tono de Inés Arrimadas en Herrera en COPE, decaído, desanimado, entrando en contradicciones, para saber que son conscientes de que la jugada de Murcia les ha salido mal, muy mal. Arrimadas ya estaba tocada tras la debacle electoral en Cataluña, trataba de coger fuerza tomando más peso en Murcia, pero ahora todo se le ha venido abajo. Ella mantiene que la moción de censura en la región de Murcia no se ha pactado directamente con Sánchez. Pero omite que en esas negociaciones, de las que ella ha sido protagonista, ha participado el entorno directo de Moncloa y miembros del consejo de ministros como José Luis Ábalos: "Yo no he hablado para nada con Pedro Sánchez de esto. Yo no he hablado con Sánchez de esto para nada. Ayer por la mañana yo estaba como se dice coloquialmente metiendole caña al Gobierno por la falta de ayudas directas”.

Los movimientos en Murcia y en Madrid, en principio, se van a quedar ahí. En política nunca hay que dar nada por seguro pero en Andalucía Moreno Bonilla y Juan Marín han escenificado su buena relación, y han seguido esta mañana en Castilla y León Alfonso Fernández Mañueco y Francisco Igea.

Mientras andamos entretenidos con lo que ocurre en Madrid y en Murcia, en el Congreso de los Diputados, PSOE y Podemos van a perpetrar el que es uno de sus grandes objetivos de esta legislatura: el control de la Justicia. Ya conocemos que el Consejo General del Poder Judicial lleva dos años con su mandato caducado. Ya sabemos que PSOE y PP estuvieron a punto de alcanzar un acuerdo para su renovación, pero al final el PSOE quiso colocar las pretensiones de Podemos y se rompió la baraja. ¿Qué es lo que pretenden ahora? Sacar adelante la reforma exprés para limitar las competencias del Consejo General del Poder Judicial en funciones. Esto se aprueba esta tarde. Pero han querido ir un poco más allá. Sobre el debate ha planeado la amenaza de cambiar las mayorías para su renovación. De este modo, el poder judicial quedará maniatado, una situación que va a provocar, fundamentalmente, el regocijo de Pablo Iglesias.