Antonio Herraiz: "La cifra de parados en España es muy superior al dato oficial de 4 millones de desempleados"

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Cuando vemos que la incidencia de la pandemia se relaja, volvemos a comprobar que la crisis económica nos va a seguir dando dentelladas. Hoy hemos conocido que España ha alcanzado cuatro millones de desempleados. El pasado mes ha dejado 44.400 parados más, en el peor febrero desde 2013.

El dato de por sí es preocupante, pero ni siquiera se aproxima a la realidad. ¿Por qué? Porque en España ahora mismo hay 900.000 trabajadores en una situación de ERTE. Casi un millón de personas, acogidas a un expediente de regulación temporal de empleo, que no están yendo a trabajar -algunos llevan así un año-, pero que no aparecen en las listas del paro.

No es el único indicador que recuerda que en España hay muchas más personas paradas que esos 4 millones que registra la estadística oficial. Se ha superado esa cifra por primera vez desde 2016 y hay que añadir dos apartados más. Los desempleados en formación, que no cuentan como parados, y el medio millón de autónomos en cese de actividad.

Esta realidad que supera los registros públicos la conocen bien Manuel y Jessica. Ella era directora de marketing de una empresa. Él ingeniero de telecomunicaciones. Vino la pandemia y los dos se quedaron sin trabajo. En verano decidieron emprender y arreglaron una vivienda para convertirla en casa rural en Asturias.

La abrieron en septiembre, pero con las restricciones en Asturias, aún no han podido recibir visitantes. Tenían esperanzas en poder ingresar algo de dinero en Semana Santa, pero las expectativas no son buenas. Nos han contado su historia en Herrera en COPE y, a pesar de las dificultades, mantienen la esperanza: "Poco a poco ahora con el tema de la vacuna esperamos que vaya mejorando, somos optimistas, aunque costará todavía, llevará su tiempo, pero nos perdemos las ganas, que es lo importante sobre todo en el momento de emprender y la actitud que creo que es fundamental".

Qué bien nos vienen siempre estos chutes de optimismo. Sobre todo, de esa gente que se está dejando la piel para sacar adelante su negocio y que en un año apenas ha podido ingresar nada.

El momento económico es complicado y, una vez más destaca la labor de la Iglesia. A lo largo de este año, Cáritas ha visto cómo se multiplicaban las peticiones de ayuda. Todos hemos visto esas colas del hambre, a las puertas de las parroquias o frente a centros gestionados por instituciones de la Iglesia. Eso hace aumentar la confianza y tiene su reflejo en un dato que hemos conocido esta mañana.

En plena pandemia suben los contribuyentes que marcan la X a favor de la Iglesia en su declaración de la renta. En concreto 106.000 más. Sube también la cantidad que esos contribuyentes destinan voluntariamente a apoyar su labor. Todo esto en un contexto de crisis en el que la Iglesia ha redoblado sus esfuerzos en favor de los más necesitados.