Antonio Herraiz: "Las opciones de Trump son escasas pero esta vez nadie se atreve a descartarlo"
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EEUU elige hoy al que será su presidente durante los próximos cuatro años. En realidad, lleva eligiéndolo varios días porque el peculiar sistema electoral norteamericano permite, en la mayoría de los estados, el denominado voto anticipado. Esto no sólo implica el tradicional voto por correo, sino también la posibilidad de hacerlo en los propios centros electorales. En una coyuntura tan especial, en medio de la pandemia, han anticipado su voto cerca de 100 millones de estadounidenses. ¿Qué indica este dato? En primer lugar, que el recuento se puede alargar más de lo habitual y generar tensiones y por eso los establecimientos se han blindado ante posibles altercados.
En toda jornada electoral se recurre a los sondeos que, como tal, se pueden equivocar y el antecedente inmediato está en 2016, cuando la mayoría de sondeos se decantaba por el triunfo de Hillary Clinton. Cierto es que en esta ocasión, la ventaja que las encuestas dan al demócrata Biden es más amplia que hace cuatro años, pero aún así nadie se atreve ya a hacer un pronóstico claro. Nadie descarta otra sorpresa y a ella se agarra Donald Trump, cuya imagen no quiere decir nada. Si los norteamericanos votan exclusivamente pensando en su bolsillo y no se dejan llevar por las excentricidades de su presidente y candidato republicano, igual hay sorpresas.
El mundo entero está pendiente de las elecciones de EEUU porque todos nos veremos afectados. Las bolsas están pendientes, las relaciones comerciales y hay pocos ámbitos de la vida, la económica y la política, que sean ajenos a lo que pasan en EEUU.
Antonio Herraiz sobre las restricciones para paliar la evolución de la covid-19
Por lo demás, aquí estamos pendientes de las restricciones que se siguen extendiendo por toda España. Lo último es el cierre de bares, restaurantes y centros comerciales en Castilla y León a partir del viernes. Se salvan de la medida al comercio minorista y suspenden las visitas a centros de mayores. En Valencia, cuyo confinamiento perimetral terminaba este viernes día 6 de noviembre se prorroga una semana más. Hasta el viernes 13. Y en Navarra mantienen el cierre de la hostelería durante 15 días más. Llevan con la persiana bajada desde el 22 de octubre, así que imagina el agujero.
Las comunidades siguen tomando medidas por su cuenta mientras el Gobierno esquiva la opción de un nuevo confinamiento domiciliario al estilo de Francia, Bélgica o Inglaterra, con colegios cerrados. ¿Por qué? Porque el actual estado de alarma no da respaldo legal a esa opción. Y porque supone un coste, implica la vuelta a los ERTE de miles de trabajadores y con un gasto desbocado, rompería de nuevo las triunfalistas previsiones del Gobierno. El resto es aplazar una decisión, que muchos ven inevitable, aunque la vicepresidenta Carmen Calvo insistía hoy en Canal Sur que hay que esperar: “Vamos a intentar que eso no llegue, no adelantemos fases, vamos a ser como siempre contundentes y prudentes al mismo tiempo y vamos a estar en este momento concentrados en cumplir todas las normas y vamos a ver qué resultado dan esta normas que tenemos hasta el 9 de noviembre".
Es mejor que las comunidades anuncien cierres, que se quemen ante el malestar de hosteleros y comerciantes, antes de que el Gobierno tome decisiones generales para toda España. Esta es la estrategia que han puesto en marcha, estrategia más política que sanitaria, la vistan como la vistan.