Antonio Herraiz: "Un clásico anormal en el que los separatistas se van a hacer notar"
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Un Barca-Madrid siempre es mucho más que un simple partido de fútbol y hoy todo se va a multiplicar por mil. La prueba es evidente. En las horas, días y semanas previas de lo estrictamente deportivo se está hablando muy muy poco.
Este encuentro estaba previsto para el 26 de octubre. La violencia de aquellos días en Cataluña tras conocerse la sentencia contra los líderes separatistas llevó a la liga a aplazar el partido. A nadie se le ha olvidado la imagen de las calles de Barcelona incendiadas. Se puso la fecha de hoy y ya hemos llegado.
La noticia a esta hora está en el hotel Sofía, donde se concentran las plantillas de Barca y Madrid. ES un hotel completamente blindado. Decenas de policías rodean el establecimiento, se han organizado círculos de seguridad y un helicóptero sobrevuela la zona.
Los separatistas se quieren hacer notar y van a intentar aprovechar la oportunidad. Hasta dónde están dispuestos a pisar el acelerador es una incógnita, pero todo absolutamente todo va a estar organizado, como la respuesta a la sentencia coordinada por eso que llaman Tsumani democrático y que contaba con el visto bueno del propio presiente de la Generalitat que no dudó en echarse a la calle y cortar carreteras. El clásico comienza a las ocho y lo vas a poder seguir al segundo desde las 7 en Tiempo de Juego con Paco, Pepe, Lama y todo el equipo de Deportes COPE.
Es mucho más que un partido de fútbol y la respuesta de los separatistas, al margen de los elementos más radicales, no va a ser ajena al momento político en el que nos encontramos. Y ese escenario pasa por las negociaciones entre el PSOE y Esquerra, así que no conviene incendiar demasiado la calle. Si ponemos el termómetro en la Moncloa, se respira optimismo. No hay más que escuchar al ministro Ábalos esta mañana en TVE, donde reconocía que están “intercambiando papeles para concluir en ese acuerdo final. Desearía cerrar el año con la tarea hecha”, comentaba.
El deseo sigue pasando por sacar adelante la investidura antes de que finalice el año. Los plazos les cuadran y ahora hay que ver lo que dicen los separatistas, si amarran bien todos sus compromisos y si las cesiones del PSOE, que parecen ya hechas, son de su gusto.