Antonio Herraiz: "España tiene una política migratoria difusa y descoordinada"
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Enseguida te cuento los últimos movimientos del Gobierno para tratar de maquillar su desastre migratorio en Canarias, pero para conocer la realidad sobre el terreno hay que escuchar a los vecinos, a gente como Alba González. Alba dirige un complejo turístico en Arguineguín, el hotel Dorado. Ahora que Arguineguín es noticia por la crisis migratoria, hay que recordar que es una localidad pesquera y también muy turística.
En circunstancias normales, por estas fechas, temporada alta en Canarias, en su hotel tendrían cerca de 600 clientes. Hoy apenas llegan al centenar. Evidentemente, la situación por la pandemia no ayuda, pero la imagen que se están expandiendo, con esos cerca 1.700 inmigrantes hacinados en el puerto de forma permanente y con decisiones como la de dejar a 200 de estas personas, salir sin control, no ayudan.
“Vienen con ganas e ilusión y se encuentran en un puerto hacinados prácticamente sin baños y en unas condiciones infrahumanas. Como le pides a un turista que reserve en un hotel que tiene su spa, que tiene su piscina al lado del mar y cuando se asoma por la venta, tiene un campamento en esas condiciones”, explica Alba.
La imagen de Arguineguín, de Canarias en general, se está viendo dañada por la inacción de las autoridades, incapaces de controlar los flujos migratorios. En Mogán, los vecinos como Alba se sienten abandonados.
“Sentimos un abandono por todas las medidas que se han tomado. Incluso a veces pensamos que aquí que tenemos muchos grupos de directores, ¿no? Y tenemos un pensamiento gurú. Nos sentimos totalmente abandonados. Nadie nos pregunta”, comenta.
Y esta es la realidad, la de casi 18.000 personas que han llegado a Canarias en pateras y en otras embarcaciones en lo que llevamos de año. Además del lado humanitario, que hay que priorizar, porque -es evidente- que los recursos de acogida son insuficientes. Pero es que lo que tenemos en España es una política migratoria difusa y completamente descoordinada.
Lo vimos durante la llegada del Aquarius, aquel pesquero con 600 inmigrantes a la deriva al que recibimos en Valencia hasta con banda de música. Después hubo efecto llamada y el Gobierno se vio desbordado. La historia se repite. Y una vez que se les ha ido de las manos, tratan de ganar la batalla de la imagen, que en realidad es lo que les preocupa. Por eso ha viajado hoy el ministro del Interior a Rabat y por eso acuden a Gran Canaria José Luis Ábalos y el ministro Escrivá. Por cierto, ¿va a confesar Grande Marlaska, el titular de Interior, lo que le ha dicho el ministro marroquí después de que el vicepresidente Iglesias reclamara un referéndum para el Sáhara?
Por lo demás, pendientes de la evolución del coronavirus. Es buena porque las altas hospitalarias comienzan a superar a los ingresos. En el informe COPE de hoy insistimos en que la presión hospitalaria todavía es alta, aunque encontramos motivos para la esperanza. El último dato oficial registra 2.246 altas frente a 1.727 ingresos. Por eso no hay que bajar la guardia y las comunidades autónomas siguen reforzando sus medidas. Madrid va a cerrar diez días durante el puente de la Inmaculada. Del 4 al 14 de diciembre.