Antonio Herraiz: "40 años después, en el Gobierno hay un partido que quiere liquidar el Estado de Derecho"
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Hoy se cumplen 40 años de un acontecimiento que ha marcado la historia reciente de España. Es 23 de febrero y la noticia ha estado en el acto conmemorativo en el Congreso. Todas las miradas estaban puestas en el Rey Felipe VI con la ausencia marcada de su padre, principal protagonista para que el golpe no fraguara: “Así lo comunicó a todos los españoles en un mensaje televisado que ya forma parte de nuestra memoria colectiva. Su firmeza y su autoridad fueron determinantes para la defensa y el triunfo de la democracia”.
Felipe VI ha reivindicado con rotundidad la figura de su padre y antes de ampliar lo que ha dicho el Rey quiero hacer dos o tres reflexiones. Los que no podemos hablar en primera persona sobre cómo se vivieron aquellas horas tensas y frenéticas -en mi caso apenas tenía tres años y no me acuerdo de nada- es importante leer, leer mucho y escuchar a los que sí lo vivieron: “Salgo de desalojar a la zona de invitados, y a continuación yo veo un guardia civil con el tricornio bien calado, me pone su mano derecha en mi hombro, ‘pero Luis no me conoces, soy ‘muñecas” el de los caballos’, yo en esa época competía en equitación, en saltos. Recuerdo un diálogo, ‘¿pero qué estáis haciendo? ¿qué disparate es este?’ Y él me dijo muy nervioso, ‘pues no sé, están cayendo muchos de los nuestros’. Ese hombre dos horas antes no sabía dónde iba”.
Es Luis Calvo Sotelo, primo hermano de Leopoldo Calvo Sotelo, que iba a ser investido presidente del Gobierno cuando los golpistas irrumpieron en el Congreso. Su primo Luis ha contado en Herrera en COPE cómo vivió aquel momento. ¿Por qué en un día como hoy, en este 40 aniversario, es más importante si cabe escuchar a los protagonistas?
Para analizar lo que ocurrió y para trasladarlo al momento presente. Hablamos del golpe de estado del 23F, de los 40 años del golpe que puso contra las cuerdas los principios del Estado de Derecho.
Entonces la democracia estaba recién estrenada, por eso debería preocuparnos -no sé si más o menos, pero sí de igual manera- lo que está ocurriendo ahora.
Hemos visto cómo ha llegado al Gobierno un partido que quiere liquidar lo que denominan como régimen del 78. En esto coinciden con Tejero y compañía. Antes de llegar al Gobierno, les vimos rodear el Congreso de los Diputados. Si la policía les hubiera dejado, habrían entrado también. En esto también se parecen a Tejero y compañía. Y si miramos a determinados territorios, sí, sí, hay que fijarse en Cataluña. Hay que detenerse en lo que ocurrió en el otoño de 2017 y lo que sigue pasando ahora, con el deseo de unos cuantos de dar un golpe separatista.
Han pasado 40 años del golpe de estado frustrado, pero algunos siguen manteniendo intenciones parecidas, aunque ideológicamente estén en las antípodas. No llevan pistolas, pero ponen también en jaque el sistema democrático. Y los altercados violentos de los últimos días en Barcelona, Madrid, Valencia o Granada son un ejemplo.
Por eso, es importante analizar lo que ocurrió hace 40 años y preocuparse mucho más por lo que está pasando ahora.
Por lo demás, la curva del coronavirus sigue bajando lentamente. Hoy Galicia ha registrado el número de contagios más bajo desde octubre, aunque preocupa la incidencia de todo tipo de variantes, desde la británica, pasando por la brasileña o la sudafricana. Esto es lo que está provocando que en comunidades como Cataluña se invierta al alza el índice de rebrote. Y esa es la principal preocupación, ahora mismo, de las autoridades sanitarias.
Entre los datos que confirman la buena evolución de la pandemia se encuentra la situación de Canarias. Hoy el informe COPE te cuenta que es la primera comunidad autónoma con más personas inmunizadas que contagiadas. Se han vacunado 50.000 canarios y desde marzo se han contagiado 40.000. Esta situación, la de más vacunados que contagiados están a punto de alcanzarla en Asturias y Cantabria. ¿Podemos bajar la guardia? Hay que escuchar a epidemiólogos como Julián Olalla: “¿Que hay muchos vacunados? Sí. ¿Que hay mucha gente que lo ha pasado? Sí. ¿Alegría? Ni de broma. Cuidado, cuidado, cuidado”.
Conclusión, que no nos despistemos.