Bodas a la carta: los novios imprimen su sello personal a la ceremonia

Este sábado se ha celebrado en Sevilla la boda entre el futbolista del Real Madrid, Sergio Ramos, y la presentadora Pilar Rubio. Las inmediaciones de la Catedral de la capital hispalense se han llenado de curiosos que querían ver el vestido de la novia, mostrar su cariño al madridista o ser testigos de la primera imagen de los novios convertidos en marido y mujer. Hasta ahí los momentos públicos de una boda, en la que se ha buscado la máxima privacidad, tanto para la joven pareja como para los asistentes al acto, prohibiendo por ello los móviles y las cámaras en el convite posterior.

Del acto religioso pocos datos han trascendido, tan solo que Niña Pastori ha dedicado una emotiva interpretación del “Ave María” a los contrayentes. En cuanto a la celebración posterior en la finca del futbolista, se sabe que el catering ha quedado en manos del chef Dani García y que se han instalado diversas atracciones que han amenizado una noche inolvidable para familiares y amigos. Sin duda, la unión de Ramos y Rubio se ha convertido en uno de los actos sociales del año y ha puesto una pregunta sobre la mesa: ¿cómo han cambiado las bodas en los últimos tiempos?

Desde celebraciones temáticas, hasta recreaciones del escenario en el que se conocieron los novios o del lugar al que realizaron su primer viaje, pasando por dar un papel protagonista a la mascota de la pareja o ambientar con grandes efectos visuales diferentes momentos del convite. De hecho, el sector ha evolucionado tanto que hasta se llega a contratar a masajistas de pies para garantizar que los invitados puedan bailar a lo largo de toda la noche.

Bodas con un sello propio, personal e intransferible de la pareja de contrayentes que persigue un único objetivo: convertir esa fecha en un día mágico que permanecerá eternamente en la mente de los novios.