Galicia pretende acabar con los 'furtivos del bañador'

Esta semana, la Guardia Civil informaba de que en San Vicente de O Grove, Galicia, había sido interceptada una furgoneta con cerca de una tonelada de almeja ilegal en su interior, una cantidad nada desdeñable especialmente si pensamos que en el mercado podría llegar a alcanzar los 11.000 euros. Y no es un caso aislado, ya que es frecuente que los turistas de las playas gallegas se lleven este tipo de moluscos de manera ilegal. Son los conocidos como los 'furtivos del bañador'.

Parece algo completamente inofensivo, acercarse a una playa y llevarse un puñado de almejas, pero ese mismo gesto, repetido por cientos de personas, podría terminar arrasando todo el molusco de una playa, dañando gravemente el ecosistema de la zona y destruyendo el trabajo desarrollado por las mariscadoras. Ellas regeneran los arenales, esparciendo una almeja que cuidan y miman durante cerca de dos años. Una inversión de esfuerzo, tiempo y, en muchas ocasiones, dinero, que desaparece ante la acción delictiva de este grupo de ciudadanos. A todo ello se une el riesgo real para la salud que supone comer marisco que no haya sido, previamente, depurado.

Por todo ello la Xunta de Galicia ha lanzado, por segundo año consecutivo, una campaña para tratar de sensibilizar sobre la importancia de cuidar los arenales. Bajo el lema “no seas pirata, a la playa se viene a gozar no a saquear”, informa de las consecuencias de robar almejas de las playas a los bañistas de 45 arenales de Lugo, Coruña y Pontevedra.

Son los guardacostas los encargados de vigilar que los típicos cubos de las playas se utilicen solo para construir castillos de arena, aunque no todo el mundo recibe de buen grado la prohibición de recoger marisco del mar. Ahora bien, aquellos que decidan incumplir la ley deben saber que pueden ser multados con importantes cuantías económicas.