La ruta del pistacho

La mayoría asociamos la provincia manchega de Ciudad Real con molinos, atardereces rojizos, grandes viñedos y castillos. Sin embargo, desde hace un par de décadas, en los campos del centro de la provincia asoman centenares de miles de árboles con un preciado fruto que se está convirtiendo en toda una atracción, además de en uno de los principales motores económicos de toda una comarca.

Hablamos del pistacho, un exótico fruto seco que ya no se produce solo en la otra punta del mundo. Comenzó a plantarse en esta zona a mediados de los años noventa y aunque aún queda mucho por recorrer para llegar a la altura de iraníes y estadounidenses, los grandes productores mundiales, la nueva agricultura manchega comienza a hacer algo de sombra gracias a la calidad en la que se han empeñado sus productores.