LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

El consejo de Alfredo Landa a José Luis Garci: "No lo hagas nunca más"

En "La Noche de Adolfo Arjona", el director de cine ha recordado una de las facetas más desconocidas del protagonista de "Vente a Alemania, Pepe" o "Cateto a babor"

Yolanda Guirado

Sevilla - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

A los 80 años y tras sufrir un ictus cerebral, uno de los grandes actores del cine español nos dejaba. En 2013 fallecía Alfredo Landa, dejándonos un legado único. Uno de los hombres que mejor lo conoció dentro y fuera de la gran pantalla fue su amigo y director José Luis Garci.

El cineasta le ha contado a Adolfo Arjona que trabajar con Alfredo Landa era muy fácil. "Dirigirlo era muy sencillo, al igual que ocurre con otros grandes actores. He tenido la gran suerte de trabajar con él. Era un grande".

25 AÑOS Y 7.000 PESETAS EN EL BOLSILLO

En "La Noche de Adolfo Arjona", Garci ha recordado a su amigo como un hombre muy culto que contaba con más de 6000 libros en su casa. Hijo de un Guardia Civil, Alfredo Landa no lo tuvo nada fácil cuando le dijo a su familia que quería ser cómico. Entonces le dijo a su madre: "Está bien, no seré cómico. Pero tendrás un hijo infeliz". Y su madre aceptó.

Con 25 años, Alfredo Landa se fue a Madrid. Llevaba 7.000 pesetas y una carta de recomendación en el bolsillo. Allí empezó a trabajar en pequeñas salas de teatro hasta que un día, José María Forqué le hizo un casting para la película “Atraco a las tres”.

"ALFREDICO, NO LO VUELVAS A HACER"

José Luis Garci ha recordado con mucho cariño que el primer día del rodaje Alfredo se durmió y llegó tarde. Después de estos accidentados inicios el navarro daría lugar a un género: "El Landismo", en un principio denostado por la crítica.

El director recuerda el consejo más sabio que le dio su amigo. Una recomendación que a su vez le había dado su madre cuando empezó su carrera. Ella le dijo: “Alfredico, no vuelvas a leer ni una crítica mala más. Lee solo las buenas". El navarro tomó nota y años más tarde lo compartió con su amigo.

JOSÉ LUIS LÓPEZ VÁZQUEZ: "EL GRAN LEMMON ESPAÑOL"

"El personaje con el que López Vázquez nos hacía reír en el cine no se parecía en nada al hombre". Así se lo ha contado el presidente de Teatros Históricos de España, Javier López Galiacho, a Adolfo Arjona.

Siendo un niño, José Luis fue abandonado por su padre, un episodio que marcaría su vida. Como decía el propio actor, la suya no había sido una infancia fácil. Su madre trabajaba de modista y ganaba tres pesetas al día, así que siendo muy pequeño, le tocaba preparar el brasero y organizar la casa antes de que su madre regresara del trabajo.

El director George Cuckor descubrió su talento en la película "Viajes con mi tía" y quiso convertirlo en uno de los grandes actores de Hollywood. Lo llamaba "El Gran Lemmon español", en referencia al actor John Lemmon. Tanto es así que lo invitó Hollywood, le presentó a Billy Wilder, le pidió que estudiara inglés y se quedara en Estados Unidos. Pero José Luis no aceptó.

El otoño de su vida lo vivió con una de las grandes actrices, Carmen de la Maza, a quien le dedicó el Goya de Honor con estas palabras: "Para el gran último amor de mi vida".

RAFAELA APARICIO: LA MALAGUEÑA QUE QUERÍA HACER REÍR A LA GENTE

El gran sueño de Rafaela Aparicio jamás se cumplió. La malagueña quería actuar con alguno de sus nietos. Se lo ha contado una de ellas, Elena Pascual, a Adolfo Arjona.

La nieta de la conocida cariñosamente como "La chacha de España" ha compartido algunas anécdotas de la familia. Una de ellas, cómo su bisabuelo creía que su hija no podría ser actriz porque no cumplía con los cánones de belleza. Sin embargo, cambió de opinión cuando fue a verla al teatro y se emocionó al ver la respuesta del público.

Una de las cosas que más sorprendían a sus nietos cuando eran pequeños era que a su abuela la pararan por la calle para que firmara autógrafos o sencillamente para darle un beso.Y es que el personaje de Fermina en “Cuidado con la Paca” fue un rotundo éxito. Aun así, en casa Rafaela Aparicio seguía siendo la mujer de siempre.

Los que la conocieron bien la definen como una mujer entregada al teatro, tanto es así que ni siquiera durante la Guerra Civil dejó de trabajar. Ni siquiera faltó al teatro el día más triste de su vida, cuando murió su padre. Esa noche se subió a las tablas como un día más. Tenía que hacer reír a la gente.

La popular cocinera de “La Casa de los Martínez” fue una actriz con mayúsculas. Una grande de la comedia y del drama. En su legado, más de 100 películas y títulos como “Sor Citröen”, “Mamá cumple cien años”, “El extraño viaje” o “El mar y el tiempo”.

PACO MARTÍNEZ SORIA: "EL TEATRO SÍ ES PARA MÍ"

Javier Lafuente, autor del libro "El don de la risa: Don Paco Martínez Soria", ha contado en "La Noche de Adolfo Arjona" cómo Paco Martínez Soria empezó por vocación en el teatro. Hasta el comienzo de la Guerra Civil trabajaba en una empresa de material hidraúlico, y el tiempo libre lo dedicaba al teatro. Cuando estalló la guerra civil, la empresa donde trabajaba cerró y Paco "tuvo que buscarse la vida como actor."

De lunes a domingo, Paco Martínez Soria se entregaba al público con dos representaciones diarias y su trabajo lo obligaba a pasar meses lejos de su mujer y sus hijos, ya que las giras por toda España duraban meses.

Muy lejos de su personaje, Paco Martínez Soria fue un gran empresario de la escena. Estuvo décadas sobre las tablas con comedias como El abuelo Curro”, “La tía de Carlos” o “La ciudad no es para mí”, llevada al cine con un gran éxito.

Los que trabajaron con él lo recuerdan como un empresario muy honesto. Un buen compañero al que le ponía nervioso que vocalizaran mal o hablaran en voz baja. En una ocasión vendió un coche amarillo a un precio muy bajo porque detestaba el color. Como buen hombre del teatro.

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