LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

John Dillinger: el enemigo público número uno

Un atracador de bancos que se convirtió en un héroe y un mito al estilo de Robin Hood

Redacción COPE Málaga

Málaga - Publicado el

7 min lectura

La tarde del 22 de julio de 1934, John Herbert Dillinger salía del cine Biograph, de Chicago, en el que acaba de ver la película 'Manhattan melodrama', en compañía de dos amigas. Lo que no podía imaginar el famoso atracador de bancos es que una de aquellas mujeres, inusualmente vestida de rojo, le había denunciado y vendido horas antes al FBI.

La película que comentaban tras salir de la sala de cine se tituló en España 'El enemigo público número 1', precisamente el apelativo que la Oficina Federal de Investigación había dado al propio Dillinger. En el instante en el que pisó la calle, una treintena de agentes se abalanzó sobre él, disparándole a quemarropa y por la espalda.

Vamos a conocer al atracador de bancos más célebre de la historia de Estados Unidos… John Dillinger. El hombre que, tras una carrera criminal con decenas de atracos y el asesinato de varios agentes de la policía, se convirtió en un icono de la cultura popular norteamericana… una especie de Robin Hood admirado por sus hazañas contra el poder y el sistema.

A pesar de haber compartido época con otros grandes asaltantes como Bonnie y Clyde o Kate “Ma” Baker, sólo Dillinger alcanzó el rango de mito, no sólo por sus procedimientos a la hora de atracar, sino por su capacidad de escapar de la policía y... así... de la cárcel.

Fue así como John Dillinger, sin saberlo, forjó una leyenda de la que luego se haría eco el mundo del cine, con varias películas que catapultaron su figura al olimpo de la fama.

El personaje

Para analizar este expediente de la crónica negra en La Noche de Arjona ha estado Sergio Cámara, profesor de derecho penal y criminología de la UNED.

John Dillinger nace en 1903 en Indianápolis, en el Estado de Indiana. Se casa con apenas 20 años y ya por entonces comete su primer pequeño asalto a una tienda local. La policía lo detiene y es condenado a nueve años de prisión. Es allí, en la cárcel, donde aprende el ‘arte’, por así decirlo, de atracar bancos. "En prisión conoció a profesionales del atraco a bancos y con ellos formaría posteriormente la banda que le hizo tan tristemente célebre"

Tras cumplir ocho años y medio de condena por su primer pequeño atraco, John Dillinger salió en libertad condicional. En mayo de 1933 empezó a cometer atracos y en septiembre estaba de nuevo en prisión por el atraco de un banco en Ohio. Aquí comienza la leyenda, porque estando recluido en la oficina del sheriff es rescatado por los amigos que había hecho durante primera estancia en prisión.

La policía lo detuvo el 22 de septiembre, y fue recluido en la oficina del sheriff de Lima, en el Estado de Ohio, a la espera de juicio. Pero cuatro días después, algunos de los amigos que había hecho en la cárcel de Indiana y que habían conseguido escapar de allí. "Se presentaron ante el sheriff de Lima, Jessie Sarber, vestidos de uniforme y, haciéndose pasar por agentes, le indicaron que les entregara al preso para trasladarlo a Indiana".

El sheriff sospechó inmediatamente, y cuando les pidió sus credenciales, uno de los tipos de la banda sacó su arma y le disparó. Luego cogieron las llaves, liberaron a Dillinger de su celda, encerraron a la esposa del sheriff en otra, y huyeron. A pesar de que ninguno de estos individuos había violado ninguna ley federal, se recurrió al FBI para identificar y localizar a los ladrones. Tras identificar a los ladrones por sus huellas dactilares, el FBI comenzó su búsqueda y captura.

La carrera

La banda de Dillinger se lanzó a una carrera desenfrenada de robos a bancos. Como en la mayoría de los casos, esos atracos no dejaban víctimas... eran asaltos “de guante blanco”... la opinión pública empezó a sentir simpatía por la banda. Veían a Dillinger como un justiciero que castigaba a los considerados culpables de la Gran Depresión. Una circunstancia que disgustó... y mucho... a los banqueros. El mito del “nuevo Robin Hood” seguía creciendo en torno a la figura de John Dillinger. Sin embargo, comenzaron a dejar víctimas mortales en sus atracos.

Dillinger fue detenido de nuevo y trasladado a la cárcel de Crown Point, Indiana, a la espera de su juicio por el asesinato del policía O’Malley, que murió en el tiroteo del robo al Banco Este de Chicago.

La policía alardeó de aquel arresto, asegurando que el “enemigo público número 1” estaba por fin a buen recaudo, porque la prisión en la que estaba recluido era de máxima seguridad y a prueba de fugas. Sin embargo, el 3 de marzo de 1934, Dillinger consigue escapar de la manera más inverosímil y a la vez más simple que se pueda imaginar. Sencillamente, Dillinger talló una pistola falsa con un trozo de jabón, o de madera, y amenazó con ella a sus guardianes que, aterrados, le abrieron la puerta de la celda. A raíz de esta fuga, Dillinger se hizo aún más famoso.

Al salir de la celda, Dillinger encerró en ella a sus guardianes, y escapó en el coche del mismísimo sheriff, Lillian Holley, un vehículo que era entonces lo último en tecnología de la automoción: un Ford V8, casi un Fórmula 1 del momento, el mismo que, por cierto, utilizaban Bonnie and Clyde.

Tras la fuga, Dillinger pasó a convertirse en un héroe popular para esas personas sumidas en la miseria, por culpa de los bancos y del sistema político, que habían permitido que las cosas llegaran tan lejos. Pero nuestro protagonista del expediente de hoy cometió un error de bulto. Con el coche que había robado al sheriff cruzó del estado de Indiana al de Illinois y aquello ya era un delito federal. Se involucraba entonces en su búsqueda y captura el FBI. "Crea otra banda, sigue cometiendo robos, en alguno de ellos mueren agentes de la ley, es herido, se reencuentra con su novia y permanecen escondidos".

Detienen a la novia, consigue cambiarse de identidad y volver a Chicago como un ciudadano anónimo cuando las cosas estaban más tranquilas… pero el FBI lo vigilaba desde hacía tiempo y lo terminó matando al salir de una sala de cine. Una mujer lo había traicionado

El FBI había hecho de su detención una causa de vida o muerte. La tarde del 22 de julio de 1934, John Dillinger, caía abatido a tiros por la espalda cuando salía de un cine de Chicago.

Public Viewing of John Dillingers Body

The body of bank robber John Dillinger is put on display in a Chicago morgue after he is shot to death by the FBI and police

Mitos

A veces ocurre con personajes que construyen nuestra historia… que a pesar de capítulos crueles que se le puedan atribuir, su fama y carisma sobrevuela lo malo y lo lanzan al universo de los mitos… Eso mismo ocurrió con John Dillinger, el enemigo número uno de los Estados Unidos en los años treinta. Robaba para él, no para dárselo a los pobres… sin embargo, los pobres lo admiraban. Y mataba si era necesario para salvar su propio ‘pellejo’… sin embargo, la sociedad del momento no lo veía como a un cruel asesino.

En La Noche de Arjona contamos con Amable Cima, profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo. Un caso como este, se puede dar en la sociedad actual. "La sociedad busca personajes que acaben haciendo aquello que ellos no son capaces de hacer".

Los medios de comunicaciòn pueden humanizar a esos personajes.

Dillinger y el cine

En el caso concreto de John Dillinger se le llegó a asociar a la imagen del personaje Robin Hood, el ladrón que robaba a los ricos para dárselo a los pobres… aunque esto no fuera así, porque él robaba y se lo quedaba. Su leyenda le sobrevive.

El mundo del cine se ha hecho eco en numerosas ocasiones de la figura del famoso atracador de bancos. La primera película que usó su figura como telón de fondo se llamaba como él, 'John Dillinger', y estuvo dirigida por Max Nosseck en el año 1945. Casi tres décadas después, en 1973, John Millius dirigía… 'Dillinger'. Y no podemos olvidar, por último, la película más reciente, año 2009: 'Enemigos Públicos', con actores como Johnny Deep y Christian Bale.

Así cerramos el expediente del enemigo número uno de los Estados Unidos en aquellos peligrosos años treinta en los que la sociedad americana malvivía intentando recuperarse del crack del 29.

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