La noche que Cleopatra entró en la habitación de Julio César en secreto: "Una alfombra y una amante"

En "La Noche de Adolfo Arjona", desvelamos el objeto que utilizó la egipcia para no ser descubierta y cómo trascendió el misterioso encuentro

Yolanda Guirado

Sevilla - Publicado el

3 min lectura

Era la gran Cleopatra. Hermosa, inteligente, decidida. Y no podía permitirse perder el poder.

Por eso, una noche, cuando Julio César descansaba tranquilamente en sus aposentos de la ciudad de Alejandría, situada al norte de Egipto, esa mujer se cruzó en su camino de la forma más inesperada. Se trataba de Cleopatra, la reina de Egipto. Cuando se conocieron, ella tenía 20 años y él 52.

Ella fue la última reina de Egipto cuentan que era una mujer inteligente, astuta, sofisticada, que aprendió la lengua egipcia y hablaba griego, hebreo o latín. También tenía conocimientos de astronomía, música y matemáticas. A pesar de que ha pasado a la historia como una mujer bella y muy atractiva, conocemos muy poco sobre su verdadero rostro.

Y él, Julio César, fue un hábil estratega. Durante su juventud fue secuestrado por unos piratas y cuando lo liberaron, ordenó que los crucificaran. Estuvo a punto de perder la vida en más de una ocasión. Inventó el libro tal y como lo conocemos hoy día. Se casó tres veces, aunque ninguna de sus esposas fue Cleopatra. Entonces, ¿Qué relación habría entre los dos?

Julio César y Cleopatra: Una historia fascinante

Julio César y Cleopatra: Una historia fascinante

Con estos dos protagonistas, la historia no puede ser más sugerente. En "La Noche de Adolfo Arjona", recuperamos la leyenda que cuenta que Cleopatra y Julio César, el hombre más relevante de la antigua Roma y la mujer más poderosa del antiguo Egipto, no se conocieron por casualidad.

La decisión de Cleopatra

Cleopatra subió al trono con diecisiete años, pero en aquel entonces Egipto estaba dominado por los griegos y no entendían que una mujer sola gobernara. Así que como le ha contado Rosa Pujol, la Presidenta de la Asociación Española de Egiptología y autora del libro “Cleopatra” (RBA editores), a Adolfo Arjona, no le quedó más remedio que casarse con su hermano de diez años.

Nos situamos en la Guerra civil en Egipto. Cleopatra y su hermano Ptolomeo XIII se disputan el trono de Egipto tras la muerte del padre de ambos. El general romano se había instalado en Alejandría, donde decidió convocar a los dos hermanos para que compartieran pacíficamente el trono, ya que esos eran los deseos de su padre. Cuando Cleopatra recibió la convocatoria, abandonó a sus tropas y partió rápidamente y en secreto hacia Alejandría para intentar convencer a Julio César de que la apoyara para subir al trono.

Según la leyenda, Cleopatra y Julio César fueron amantes, aunque nunca habrían llegado a casarse

Según la leyenda, Cleopatra y Julio César fueron amantes, aunque nunca habrían llegado a casarse

Ante los ojos de Julio César, en una alfombra

Pero no le iba a resultar fácil entrar en el palacio donde se encontraba Julio César. Los seguidores del hermano de Cleopatra, lo habían rodeado. Un sirviente la habría llevado en un pequeño barco de remos, y una vez en la ciudad, la escondió en la alfombra para introducirla al anochecer en el palacio donde se alojaba Julio César.

Cuentan que ella se presentó ante Julio César, enrollada en una alfombra, Y que Julio César cayó rendido ante su ingenio, al ver cómo había conseguido entrar en su habitación sin que nadie la viera. Según Rosa Pujol, "podría haber sido una alfombra, aunque hay quien dice que era un saco de ropa de cama o incluso hay quienes apuntan a unas sábanas."

En lo que sí coinciden los historiadores es en que Cleopatra tardó días en salir de los aposentos del General romano. Y cuando lo hizo, se había convertido en la amante de Julio César. Así que cuando llegó el adversario de Cleopatra, su hermano Ptolomeo XIII, para pedir a Roma su apoyo para gobernar Egipto, ella ya contaba con un firme apoyo de Julio César. Cleopatra había vencido.

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