LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

Así actuaba Clifford Olson: dormía a sus víctimas y les clavaba clavos en la cabeza

Era un hombre normal con mujer y un hijo, pero mató a 11 adolescentes y por eso lo apodaron "La bestia de Columbia Británica"

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Así actuaba Clifford Olson: dormía a sus víctimas y les clavaba clavos en la cabeza

Pedro González

Málaga - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El 17 de noviembre de 1980 Clifford Olson, mató a su primera víctima, la niña Christine Weller, de 12 años de edad. Aquel fue solo el comienzo de una oleada de asesinatos de niños y de jóvenes, a los que apuñalaba y mutilaba, a los que fracturaba el cráneo con piedras o con un martillo, y a los que luego enterraba o arrojaba por barrancos.

INFANCIA DE UN ASESINO

El desalmado que protagoniza esta crónica negra era la mismísima imagen del diablo, y para saber cómo fue su infancia y su niñez y si influyó en su conducta de adulto, en La Noche de Adolfo Arjona hemos tenido a Cristian Rodríguez, criminólogo, Máster en Perfilación Criminal y delegado de la Comunidad de Inteligencia y Seguridad Global en Chile. ‘Tenia una familia afectiva que no había tenido conductas abusivas de ningún tipo con él, a deferencias de otros asesinos en serie’ asegura Cristian Rodríguez; ‘pero a diferencia de sus hermanos, él si tomó un camino antisocial que luego se vio reflejado en su carrera delictiva. Tenía un bajo nivel académico, se la acabó diagnosticando una dislexia y con 10 años comenzó a desarrollar una vida delictiva de robos y abusos sexuales a compañeras llegando a ingresar en la penitenciaría a los 17 años’.

MODUS OPERANDI

A lo largo de su vida fue encarcelado hasta en 90 ocasiones y salía y entraba de prisión constantemente. En una de aquellas ocasiones hizo amistad con Gary Francis Marcoux, que estaba en la prisión de máxima seguridad de Canadá y que influyó en el modus operandi de Clifford Olson.

Su primera víctima fue asesinada en 1980 pero llegó a acabar con la vida de 11 adolescentes. ‘Eran víctimas de oportunidad, inocentes que no prevén el peligro físico ni psicológico’ dice Cristian; ‘su modus operandi se tiene que dividir en tres aspectos, uno eran los anuncios de trabajo para contratar a jóvenes, otro aspecto era que merodeaba y vigilaba a sus posibles víctimas y el tercer aspecto era la recogida de autoestopistas que era muy frecuente en aquellos años. Su forma de actuar consistía en captarlos con los anuncios de trabajo, hacía una breve entrevista informal y luego se los llevaba a las supuestas zonas donde se realizaban las obras, allí echaba un somnífero en las bebidas de las víctimas y cuando estaban dormidos experimentaba con ellos metiéndoles aire en el sistema circulatorio, les clavaba clavos en la cabeza, les golpeaba con un martillo o una piedra, los apuñalaba y los estrangulaba para así demostrar su poder’.

DESCUBIERTO

Clifford Olson era el principal sospechoso de estos crímenes desde hacía mucho tiempo. ‘En su día a día cambiaba frecuentemente de vehículo de alquiler, usaba medidas de contra vigilancia: cambiaba de ruta, entraba por callejones, daba varias vueltas a la rotonda’ cuenta Cristian; ‘pero en uno de esos seguimientos, se observó que recogía a dos jóvenes autoestopistas y lo siguieron hasta que se desplazó por un camino apartado y una de las niñas gritó y eso alarmó a la policía que rápidamente lo detuvo y en el vehículo hallaron una libreta con varios nombres, entre ellos el de alguna de sus víctimas que días atrás se había encontrado el cuerpo’.

UN HOMBRE NORMAL

Clifford Olson, apodado “La bestia de Columbia Británica”, tenía mujer y un hijo, pero ellos nunca sospecharon nada. ‘Su esposa dijo que siempre había sido encantador’ asegura Cristian; ‘tenía una conducta idílica con el propio vecindario, incluso una de las vecinas decía que tenía muy buena actitud y era muy cariñoso con los niños’.

ÚLTIMOS AÑOS DE VIDA

Olson fue condenado a once cadenas perpetuas… Solo salió de prisión para acudir al hospital, donde unos días después fallecía de cáncer. ‘Los últimos años de vida fueron perturbadores para las víctimas indirectas, que son las familias de las víctimas’ asegura Cristian; ‘principalmente porque solicitaba modificaciones de la sentencia, revisiones, la libertad condicional que le fue denegada, hasta que fue hospitalizado por un cáncer terminal que acabó con su vida’.

Clifford Olson, cometió 11 asesinatos… por los que fue condenado a 11 cadenas perpetuas. El juez que llevó el caso, llegó a decir: “Mi opinión es que nunca se le debe conceder la libertad condicional. Sería temerario dejarlo libre”.

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