LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

Los intoxicaba, los asfixiaba y los enterraba en el jardín de 'La casa de la muerte'

Así actuaba Dorothea Puente, una mujer de aspecto entrañable que mató a nueve personas

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Los intoxicaba, los asfixiaba y los enterraba en el jardín de 'La casa de la muerte'

Redacción COPE Málaga

Málaga - Publicado el

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Dorothea Puente tomaba una copa en un tranquilo bar cuando se le acercó un hombre. Supo enseguida que quería entablar conversación con ella… conversación y algo más, seguramente. Lo miró a los ojos durante unos segundos, mientras analizaba la expresión de sus ojos y de su boca. Sí, podría servir. Aquel hombre, llamado Malcome Mckenzie, sería su siguiente víctima. Fue entonces cuando Dorothea le sonrió y lo invitó a tomar asiento.

Durante un par de horas charlaron animadamente y tomaron algunas copas, hasta que llegó el momento en el que Malcome la invitó a tomar la última en su casa.

Aquello era lo último que recordaba… Lo siguiente fue sentir el cuerpo paralizado, incapaz de levantarse del sofá donde permanecía tumbado… casi incapaz de mantener abiertos los ojos. Con mucho esfuerzo Malcome Mckenzie pudo reconocer a Dorothea Puente hurgando entre sus cosas y guardando en el bolso objetos de valor. Cuando terminó, la mujer salió de la casa y cerró tranquilamente la puerta.

Cuando se le pasó el efecto de los somníferos, Malcome se sentía un verdadero estúpido, aunque realmente tendría que haberse sentido un afortunado… Dorothea Puente no lo había asesinado, cosa que sí hizo con nueve personas a lo largo de su vida. Todos aquellos asesinatos por motivos económicos… y con un mismo modus operandi: los intoxicaba, los asfixiaba, y se deshacía de sus cuerpos enterrándolos en el jardín de su casa. no es de extrañar que la prensa bautizara el caso como 'La casa de la muerte'.

YO SOLÍA SER BUENA PERSONA

Para conocer los detalles de este expediente saludo a la criminóloga Victoria Pascual Cortés, autora del libro "Asesinas. ¿Por qué matan las mujeres?"

'Yo solía ser buena persona', llegó a decir Dorothea Puente. Para llegar a ese momento, al que realmente era buena persona, hay que retrotraerse a los primeros años de vida, porque pronto, desde que fue una niña, comenzó a cometer pequeños delitos. 'Fue una niña huérfana y tras pasar por un orfanato,donde sufrió abusos, fua acogida por unos familiares y muy pronto se acostrumbró a mentir y a cometer actos ilícitos para salir adelante'.

Cuando alguien comienza a delinquir a edades muy tempranas, normalmente nunca deja de hacerlo y, de hecho, la gravedad de sus delitos aumenta. Es el caso de Dorothea Puente, a quien se le atribuyen 9 asesinatos. 'Mataba por motivos económicos, era su forma de vivir, sequedaba con el dinero de las personas a las que mataba'.

Aunque ya había matado antes, cosa que se supo años después, el principio del fin de la asesina múltiple Dorothea Puente comienza cuando monta un hostal para excluidos sociales… enfermos mentales, personas sin hogar… gente a la que nadie echaría en falta. 'Eran personas que estaban en una marginalidad profunda, y ellos iba a esta casa a quedarse, siempre que ofrecieran toda su pensión a la dueña de la casa. Vivian de forma muy humilde y aislada,pero bajo techo'.

LA CASA DE LA MUERTE

Los horrores a los que se veían sometidos aquellos pobres hombres se descubrieron a raíz de la insistencia de una asistente social llamada Judy por encontrar a Bert. 'Bert vivia en una casa donde había personas adictas a alguna sustancia, cuando Bert no lo era y Judy con el afán de buscarle una mejora en su vida, lo llevó a la casa de Dorothea'.

Zapatos, trozos de tela, restos de piel y huesos… cadáveres enterrados en posición fetal… todo aquello se descubrió en el jardín de aquella casa regentada por Dorothea Puente. 'Determinaron que los cadáveres no correspondían con enterramientos legales, buscaron a la dueña de la casa eu mientras tanto habñia huido, y una vez que la encontraron vieron que en la casa había hasta siete cadáveres'. Las víctimas de Dorothea no fueron solo hombres, hubo también alguna mujer.

Dorothea Puente, una mujer de aspecto entrañable, murió en una cárcel de California en 2011 a los 82 años. Siempre mantuvo que sus inquilinos habían muerto por causas naturales.

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