LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA
"Envenenados, deambulando en el hielo y con un monstruo de cinco metros acechando": La leyenda de los barcos Erebus y Terror
En "La Noche de Adolfo Arjona", hablamos del trágico desenlace de la expedición británica que buscaba el Paso del Noroeste en el Ártico
Sevilla - Publicado el - Actualizado
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1845. Las olas chocan con fuerza contra el Erebus y el Terror. Estos dos buques gemelos cuentan con los equipamientos más modernos de la época. Y no es para menos. La misión es muy ambiciosa: Buscan el Paso del Noroeste en el Ártico.
La tripulación la forman más de cien hombres. Al mando, John Franklin. Él y todos sus hombres cuentan con años de experiencia. Han zarpado de Inglaterra hacia el Ártico. Tres siglos de búsqueda por parte de muchos países, también de España, podían concluir con la más preparada de todas las expediciones.
La sociedad británica de la época se ha volcado con esta expedición. Los dos barcos cuentan con la más alta tecnología. Eso por no hablar de la experiencia que tienen John Franklin y sus hombres. Nadie imagina el desenlace. Nada parece atisbar que el nombre de uno de los buques, “Terror”, es una premonición maldita.
la expedición maldita
Los marineros zarparon de Inglaterra en 1845. En julio de ese año, fueron vistos por última vez por balleneros europeos en los mares de Groenlandia. Según cuenta la historia, el último encuentro fue en el cruce entre Groenlandia y la remota isla canadiense de Baffin. Era la última vez que se supo de ellos. Pero, ¿Qué fue de la tripulación?
En “La Noche de Adolfo Arjona”, abrimos “La Enciclopedia Oculta” de Guillermo Díaz para descubrir esta historia con más sombras que luces. Con más terror que dichas. Con un final inesperado. Que nunca tendría que haberse escrito.
Como le ha contado Guillermo Díaz a Adolfo Arjona, “desde el descubrimiento de América, surgió la necesidad de bordearla. Se buscaba una ruta comercial con Asia que fuera más rápida que la ruta de América del Sur. Existía la sospecha de que se podía bordear el continente Norteamericano por el norte, entre el Ártico y Canadá. Muchas expediciones buscaron bordear el continente”. John Franklin y sus hombres, fueron los elegidos.
enigmas que nunca se resolvieron
John Franklin, el capitán de la expedición, tenía cincuenta y nueve años cuando partieron. Era un héroe de guerra. Había participado en la batalla de Trafalgar.
Los nombres de los barcos eran Erebus, como el Dios del caos en la mitología griega, y Terror. Iban equipados con la última tecnología. Llevaban calefacción y desaladoras. Tenían grandes bibliotecas para entretener a su tripulación, y locomotoras a vapor.
Habían apostado todo por el paso del Noroeste. ¿Pero qué ocurrió? ¿Qué pasó para que esos barcos se hundieran? ¿Y para que la tripulación no pudiera hacer nada por evitarlo?
Tras su desaparición, el Consejo Ártico lanzó varias expediciones para encontrarlos. Incluso la mujer del capitán, sufragó con su propio dinero algunas expediciones. Jamás imaginaron lo que estaban a punto de descubrir.
"LO QUE VIERON" LOS INUITS
Una de estas expediciones encontró a los inuits, los habitantes del hielo. Ellos les enseñaron restos de la tripulación y les dijeron que habían visto a hombres blancos perdidos, vagando por el hielo.
Hablaban de canibalismo y de unos ataques a abordo de los barcos de los tuniqs, unos temibles gigantes de la mitología, que medían cinco veces el tamaño de un inuit. Incluso afirmaron que los supervivientes se adentraron en Tununiq, "el otro lado del mundo", donde ni los propios inuits se aventuraban a meterse. ¿Leyenda o ficción? Sólo los inuits lo saben.
LAS ÚLTIMAS HORAS DE LOS SUPERVIVIENTES
En "La Enciclopedia Oculta" hablamos también con un antropólogo y viajero polar, experto en la cultura inuit y que ha realizado más de 30 expediciones al Ártico. Francesc Bailón Trueba, autor de “Los inuits, cazadores del gran Norte”, que publica Novacas editorial, nos ha contado quienes son los inuits. "Los inuits son los habitantes de Siberia, Canadá y Groenlandia. Así se llaman a sí mismos, y no esquimales".
Francesc Bailón insiste en descartar de su relato el término "esquimal" cuando hablamos de estos seres humanos. Nos cuenta que "esquimales" significa “comedores de carne cruda”. Para ellos, era una terminología ofensiva porque se la había puesto el enemigo.
La usaron por primera vez los nativos del noroeste de Canadá, que entraban en los poblados de los inuits para asesinarlos. Ellos nunca han practicado la guerra, y les resultaba un término ofensivo. Los balleneros vizcaínos recogieron la palabra original, la llevaron a Europa hasta que el término evolucionó a la palabra esquimal.
Es como si en sus nombres, los barcos Erebus y Terror, llevaran una premonición oculta
La Biblioteca Oculta
Tras siglos de búsqueda, los barcos aparecieron. Había pasado mucho tiempo. Demasiado. Ya habíamos entrado en el siglo XXI. En los años 2014 y 2016, una expedición los encontró. Hundidos bajo el hielo.
Después de tanto tiempo, hoy existe una versión oficial: la comida en conserva que llevaban en los barcos se había realizado muy rápido. Y la habrían sellado con plomo. El plomo se habría infiltrado en los alimentos y los habría envenenado. Los supervivientes habrían decidido abandonar el barco y cruzar el hielo a pie. Lo que vivieron, se lo llevaron con ellos.