LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

¿Por qué somos más altos por la mañana que por la noche?

Aunque pueda parecer extraño, es totalmente cierto que nuestra estatura no es la misma cuando nos acabamos de levantar que cuando nos acostamos. Un experto explica el motivo

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¿Por qué somos más altos por la mañana que por la noche?

Andrés G. Atienza

Málaga - Publicado el - Actualizado

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El funcionamiento del cuerpo humano nos ofrece datos que son realmente increíbles. Su capacidad de resistencia y adaptación es sorprendente gracias a los mecanismos que trabajan sin descanso en nuestro interior para que todo funcione como debe. Cada componente tiene un cometido, y hay uno que es capaz de hacer que seamos un poco más altos por la mañana y más bajos a última hora del día.

El doctor Vicente de la Varga es traumatólogo experto en medicina deportiva, y lo primero que confirma es que, efectivamente, somos más altos cuando nos acabamos de levantar que cuando llega la noche. De la Varga explica a Adolfo Arjona que esto es debido a lo que ocurre principalmente en nuestra columna vertebral: “Nuestra columna tiene 24 vértebras más el sacro. Entre cada una de estas vértebras, que son la parte ósea, hay un disco, una almohadilla blanda que sirve de amortiguador y que facilita el movimiento”.

CAMBIO EN LA ESTATURA

Es precisamente en esos discos que se ubican entre vértebra y vértebra donde se encuentra la explicación a que cambie nuestra estatura: “El disco es como un dónut que tiene una parte fibrosa alrededor, pero con un núcleo pulposo que es muy rico en agua. Por la mañana, cuando nos levantamos, este núcleo al no tener la presión de la gravedad, está tenso. Eso hace que seamos entre uno y dos centímetros más altos de lo que somos”, señala el doctor.

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MÁS BAJOS

Una vez que nos levantamos y comenzamos a realizar las labores diarias, nuestra estatura va bajando poco a poco debido al efecto de la gravedad y al peso de nuestro cuerpo “estos discos se van colapsando y van perdiendo parte del agua. Se calcula que cuando nos metemos en la cama los discos han perdido hasta un 15 por ciento de su altura”, apunta De la Varga. Una vez que volvemos a posición horizontal mientras dormimos, el disco vuelve a rehidratarse y de nuevo gana altura.

A MÁS EDAD, MÁS BAJOS

Con el paso de los años, los discos que se encuentran entre las vértebras van perdiendo la capacidad de regeneración, se vuelven más rígidos, por lo que no crecen con la misma facilidad ni con el mismo tamaño que cuando somos jóvenes. Esto conlleva a que nuestro cuerpo vaya perdiendo progresivamente más altura “el disco se va aplastando poco a poco de forma que perderemos altura que ya no recuperaremos. Generalmente, a partir de los 70 años, todos perdemos entre dos y tres centímetros de altura”, asegura el doctor De la Varga.

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¿PODEMOS EVITARLO?

Esa merma en la altura que todos experimentamos con el paso de los años no se puede combatir porque se trata de un proceso natural en el funcionamiento del cuerpo humano. El doctor le cuenta a Adolfo Arjona que además de perder altura debido a la rigidez de los discos, también hay un factor clave como es la osteoporosis: “Habitualmente, sobre todo en las mujeres cuando entran en la menopausia y pierden el estrógeno, no tienen capacidad de introducir calcio dentro del hueso. Es muy importante en esa etapa hacerse una densitometría ósea. Si la densidad del hueso comienza a disminuir es bueno suplementar la pérdida de calcio con una hormona llamada bifosfonato, con un calcio y vitamina D”, explica el traumatólogo.

Aunque en el caso de los hombres esa pérdida de calcio es mucho menos frecuente, también es recomendable, a partir de los 60 o 65 años, someterse a una densitometría para evaluar el estado de los huesos para, si fuese necesario, tomar algún tipo de suplemento que ayude a mejorar nuestra salud ósea.

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