LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

Lo que esconden los sótanos secretos del Parador de Mérida: "Se escuchan voces inexplicables"

En "La Noche de Adolfo Arjona" descubrimos este edificio del siglo XVIII que albergó un convento, una cárcel, un hospital y hasta un psiquiátrico

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Lo que esconden los sótanos secretos del Parador de Mérida: "Se escuchan voces inexplicables"

Yolanda Guirado

Sevilla - Publicado el

3 min lectura

Ay, si lo muros del Parador de Mérida hablaran. Este edificio es historia pura, como le ha contado Javier Pérez Campos a Adolfo Arjona en “La Noche de Adolfo Arjona”.

El Parador es un antiguo convento del siglo XVIII construido sobre los restos de un templo dedicado a la Concordia de Augusto. Además, albergó una cárcel, un hospital y hasta un centro psiquiátrico.

En el hotel suceden cosas. Cosas extrañas. Cosas que muchos no consiguen explicar ni entender. Tampoco Daniel, que se instaló en el Parador de Mérida junto a Helena y su hijo peueño para coger las riendas de la dirección del hotel, ha vivido experiencias que resultan inexplicables y que se han sucedido durante años en el ala reservada para ellos.

EL LLANTO DE UN NIÑO QUE NADIE HA VISTO JAMÁS

Todo empezó una mañana, cuando el niño le dijo a su madre que escuchaba voces dentro de casa. Otro día, Helena estaba en casa con su hijo, y de pronto, lo escuchó. Algo debía ocurrirle. Su hijo estaba llorando.

Parador de Mérida

Helena no se lo pensó. Rápidamente se fue a la habitación donde su hijo estaba llorando. Al otro lado de la puerta, le preguntó, alarmada, si iba todo bien. Ajeno a todo, su hijo le respondió desde el otro extremo de la casa. Cuando Helena abrió la puerta, vio que no había nadie.

EL FRAILE QUE VAGA POR EL PARADOR

No solo los trabajadores han vivido este tipo de experiencias. También los huéspedes. Según le ha contado Pérez Campos a Adolfo Arjona, una familia le preguntó al recepcionista si se hospedaba un fraile en el hotel, ya que les había parecido ver a uno con su hábito antiguo en el parador. Por supuesto, en el hotel no se hospedaba ninguno. Aunque sí había sido convento siglos atrás.

Sin duda, entrar en el Parador de Mérida supone adentrarse en un enclave cargado de historia. Una de las salas que más despierta el interés de los investigadores es el Salón de la Chimenea.

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Durante la época en la que el hoy Parador, fue un hospital, los enfermos eran instalados en esta estancia por su cercanía con la capilla. Los moribundos podían rezar desde sus camas.

EL SECRETO QUE EL PARADOR ESCONDE BAJO TIERRA

Una de las estancias más misteriosas es el sótano secreto al que se accede a través de una pequeña puerta escondida en la recepción. Según las investigaciones realizadas en el Parador, en esta zona la energía cambia por completo. Y es que en los sótanos habrían permanecido encerrados enfermos mentales durante la época en la que fue un psiquiátrico.

Otra es la habitación 205, donde dicen “vive el fantasma del Parador”. Una habitación que muchos huéspedes eligen porque conocen la historia. Los trabajadores ven como la cama se deshace y alguna vez han tenido que acceder con la llave maestra para demostrar a otros clientes que allí no hay nadie. ¿Y entonces de dónde provienen esos gritos y aullidos? Esa es otra historia. La que cuenta Javier Pérez Campos en "Los Intrusos".

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