Acoger a un menor como si fuera tu hijo: "Volvería a hacerlo, ha sido bueno para él y para nosotros"

'La Tarde' visita casa de Irene y Javier, familia que, desde hace dos años, acoge a Evan, de 17. La experiencia no ha sido sencilla, pero sí ha merecido la pena

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hay niños y adolescentes que, por diversas circunstancias, no pueden vivir con sus familias biólogicas. Son casos en los que tienen que pasar a programas de protección de los servicios sociales. Para que sus vidas no trascurran siempre en un centro, en una residencia, las comunidades autónomas ponen en marcha diversos programas de acogida.

Muchas familias deciden formar parte de ellos, proporcionandoles a los menores un hogar, una familia. Se trata siempre de algo temporal. Puede regresar a los centros, volver con su familia o esa familia de acogida plantearse la adopción.

'La Tarde' visita en Madrid la casa de Irene y Javier, lugar en el que, desde hace dos años, vive Evan de 17 años y al que pillan cocinando la cena. "Hice unas espinacas con bechamel y un huevo”, cuenta sonriendo.

Irene y Javier tienen 5 hijos. “Somos muchos, pero es verdad que escuchamos por unos amigos que había estos programas tras el confinamiento para pasar el curso en una familia”. Así explica el momento en el que, por pimera vez, oyeron hablar de estos programas, aunque asegura que la decisión no fue sencilla.

Periodo de adaptación

"Hicimos cónclave familiar. Los pequeños, bien, pero el mayor nos dijo: ¿qué es eso de que va a venir alguien a casa?", cuenta Irene. Finalmente, se decidieron a acoger a unos de estos menores. "Hay que ser conscientes de que no acogen solo los padres, acoge la familia entera y también acoge el chico que viene y que lo tiene incluso más difícil", explica.

La decisión tampoco fue sencilla para Evan. "Yo queria cambiar de entornos, salir de la residencia, pero no quería dejar a mi hermana sola en un entorno que no era fácil”. Su hermana, unos meses menor que él, le dió la aprobación y Evan cambió la residencia por un hogar.

"Ahora me siento más integrado. Algunas cosas no sé cómo expresarlas, pero ya me siento con más confianza de poder decir ciertas cosas. Pase un buen rato hasta que hablaba en las cenas", cuenta.

Irene asiente en explicar cómo de difícil fue ese periodo de adaptación. "Tardó mucho. Ha sido este año cuando ha empezado a participar. Ahora ya no se corta", sonrie.

Centrado en los estudios

"En los estudios, el primer año no le fue bien. Repitió curso, explica Irene, aunque eso fue bueno y le sirvió para tomarse en serio que estaba repitiendo. Evan estudia bachillerato en estos momentos.

Echando la vista atrás de toda la experiencia, Irene lo tiene claro. "Volvería a hacerlo. Ha sido bueno para él y bueno para nosotros", detalla. "Si solo lo hiciera pensando que es bueno para el que viene no lo haría porque el periodo de adaptaion es un periodo muy largo. Se necesita mucha paciencia y respeto", asegura.

Una idea con la que tambien coincide Evan. "Me he sentido muy a gusto, acogido. No sólo por la familia de acogida sino también por parientes más lejanos: primos, tíos..", matiza.

En la actualidad, 16.177 niños viven en centros de menores en España. Cada vez son más, las familias en programas de acogida. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, el 60% de los menores en esta situación vive ya con alguna familia de acogida.