Cuidado si subes fotos de tus hijos en redes sociales: El 70% del material de los pedófilos proviene de ahí

Casi una cuarta parte de los niños tiene presencia en Internet antes de nacer, según una investigación de la Universitat Oberta de Catalunya

Redacción La Tarde Belén Collado

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“Comparto, pero antes de hacerlo eliminé a todo aquel que no conocía”, comenta Antonela sobre las publicaciones en sus redes sociales en las que incluye fotos de sus hijos. Confía en que al no tener muchos seguidores no tendrá ningún problema y cuenta que sube fotos de sus hijos porque “también es su vida”, pero aún así reconoce que le da cierto miedo. Y no sin razón, ya que muchas de estas fotos que suben los propios padres pueden terminar en manos de pedófilos y en redes de intercambio de material sexual de menores.

El no saber hasta dónde puede llegar una foto que han subido en redes o qué uso le pueden dar sin su consentimiento, provoca cierto temor entre los padres. Por eso muchos optan, por ejemplo, por publicar fotos pero sin mostrar la cara del pequeño. De todos modos, aunque se pongan límites o se tomen precauciones, el riesgo cero no existe y una foto que se ha subido con la mejor intención, una vez publicada, ya es imposible tener control sobre ella.

Según un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya, el 70% del material incautado a pedófilos son imágenes cotidianas que cuelgan sus padres de forma inocente en las redes. Una situación que se ve agravada por otro dato tremendo: el 23% de los niños tiene presencia en Internet incluso antes de nacer, y ese porcentaje alcanza el 81% antes de cumplir los seis meses.

“El 'sharenting', este hábito de compartir no solo imágenes, sino también información de todo tipo sobre los hijos, es una cosa que hacemos de manera más o menos automatizada, porque en todo el mundo despiertan simpatía y les hace gracia, y justamente el problema está en eso, se convierte en algo automatizado sobre lo que no reflexionamos”, explica Ferrán Lalueza, profesor de estudios de Ciencias de la Información y Comunicación de la UOC y uno de los autores del estudio.

El profesor alerta del riesgo que se corre al hacer este acto cada vez más cotidiano y extendido entre los padres. Aunque confiesa que ha habido posiciones más radicales y otras algo más abiertas entre los autores del estudio, con todos los datos de varias investigaciones en la mano, todos han coincidido en que merece la pena meditar y darle una vuelta antes de compartir una foto de nuestro hijo. “¿Aporta algún valor a alguien? Si es que no, está claro que el desequilibrio entre los riesgos que asumes y el cero valor que te aporta, deberíamos decantarnos por no compartirla”.

Esta sobreexposición de los niños en redes sociales está, por desgracia, alimentando muchas redes de pornografía infantil, e incluso pueden llegar a usarse para crear perfiles falsos e intentar engañar a otros niños de los que se pretende abusar, como confirma Ferrán Lalueza. “Se han dado casos de 'grooming', esto es establecer por parte de un adulto una relación online con un niño, a veces como primer paso para luego interactuar con él en el mundo real, simulando una personalidad que no es la suya”. Ese perfil falso infantil o de un adolescente se hace utilizando imágenes sacadas de otros perfiles en los que se han compartido fotos reales de niños. “Se lo ponen muy fácil a cualquiera que quiera utilizar eso como base para generar un perfil falso”, asegura el profesor.

Subir fotos de nuestros hijos también vulnera su privacidad

Otro aspecto que nos debería preocupar a la hora de subir fotos de menores a la red es el derecho que tienen como cualquier otra persona a la intimidad y a la privacidad. Muchos padres precisamente se niegan a publicar imágenes de sus hijos porque no quieren que cuando pasen unos años y sean ya mayores vean amenazada su intimidad por tener imágenes suyas sin su consentimiento en la red. “No somos del todo conscientes”, declara Lalueza, que indica que el acto de compartir contenido de los hijos se hace en la mayoría de casos de manera unilateral, como si los padres tuvieran un “derecho absoluto” sobre ellos.

“Somos custodios de ese derecho, es decir, deberíamos ser los primeros interesados en proteger y salvaguardarlo”. Muchas veces los padres actúan como si los hijos no fueran más que un apéndice de su vida, critica Lalueza, y si están acostumbrados a compartir su día a día en redes, incluyen sin dudar a sus hijos. En muchas ocasiones incluso se hace con el pretexto de ganar más 'likes', ya que siempre una imagen de un pequeño genera simpatía entre los seguidores. Un comportamiento que habría que desechar si realmente queremos poner por delante la intimidad de los más pequeños.