La esperanzadora lección de Jesús: de ser torturado por la dictadura chavista a hacer esto por la España vacía

Él mismo explicaba en 'La Tarde' el milagro que ha supuesto su vida, ya que, tras ser encarcelado y torturado, estuvo a punto de morir

Ana Rumí

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

A finales de mes, concretamente el día 28, se esperan elecciones en Venezuela. Decir que son esperanzadoras es, quizá, demasiado atrevido, pero se espera que, de alguna forma, sean decisivas. Y es que las encuestas se muestran contundentes y dicen que el régimen de Maduro cada vez es más débil.

Es un escenario lleno de incógnitas porque lo cierto es que Venezuela lleva sumida en un estado dictatorial excesivamente cruel desde hace muchos años. Las encarcelaciones, torturas y apagones de las voces disidentes son la tónica general de un estado que otrora podía presumir de democracia.

Hoy, en La Tarde, no queremos poner el foco en la política venezolana, sino en las terribles consecuencias que deja. Jesús es, de hecho, el protagonista de un régimen tan cruento.

Tiene apenas 24 años, pero su vida ha sido tan intensa, desgraciadamente, que podría darnos sopas con hondas. Y es que ha sido encarcelado en las peores prisiones venezolanas muchísimas veces, y, lo peor, le han sometido a las peores torturas. Es, de hecho, un milagro que siga vivo.

El milagro de su vida, después de estar a punto de morir

Su historia es una lección de vida, para que aprendamos a valorar las grandes cosas que tenemos en nuestra vida, y para dar gracias por las oportunidades que se nos dan día a día. Porque lo cierto es que él, no tuvo tanta suerte. Era el año 2014, con solo 18 años, cuando Jesús se apuntó a una protesta colectiva en su universidad sin saber que por ello sería detenido.

Cuando la policía lo detuvo, por ser disidente, lo intentaron asesinar. Sin embargo, y como él mismo dice, gracias a Dios, el arma se encasquilló y no disparó. Por esa razón, lo enviaron a la cárcel aislándolo un mes. Le dejaron salir, pero con medidas cautelares. "Pude salir con limitaciones, sin hablar con medios, ni protestar, y tenía que presentarme cada 15 días" decía.

Oposición venezolana en la calle

Pero la historia no acabó ahí, porque consiguió seguir luchando. Hizo en la universidad una cadena humana, y le volvieron a detener. Habían pasado cuatro años, y a partir de ahí, decidieron torturarlo. "Me practicaron descargas eléctricas, asfixia, aislamiento... No sabía cuándo salía el sol o se ocultaba. Me practicaron tortura blanca, que es que te dejan una bombilla encendida y no sabes cuánto tiempo ha pasado, esa es fuerte, porque lo que quieren es que veas lo vulnerable que eres" expresaba.

A él le detuvieron acusándole de terrorismo porque, cuando le registraron, manipularon las pruebas haciendo ver que llevaba diversas armas. "Estuve en una cárcel común, lo que es bueno para la sociedad, ahí era malo y al revés. Tenías que cambiar el vocabulario, y si te equivocabas, era un tiro en el pie. Quien lo lleva es un preso que es un líder de todo, los funcionarios están detrás de las paredes, pero es ciudad sin ley" decía.

Lo que hace por la España vaciada

Estando en esa cárcel, pudo salir de misericordia, porque estaba condenado a 24 años y hubo un motín en la prisión. Un funcionario intentó rescatarlo, pero lo mataron en el acto. Cuando terminó el motín, le dieron tres opciones: "Quedarte preso toda la vida, irte del país o salir en una rueda de prensa con Maduro diciendo que él lo está haciendo bien e ir las filas del chavismo" decía.

Puestas medidas cautelares, decidió venir a España, donde no tenía a nadie conocido. Aquí conoció a un sacerdote que le ofreció su parroquia y, el resto, es historia.

Nicolás Maduro

"Llegaban familias solicitando ayuda, y empezamos a ayudarles con alquileres, y decidimos empezar a ayudar con asesoría jurídica. Montamos una ONG, empezamos alimentando a 50 familias y ahora reparte 1000 bolsas de comida cada sábado, pero me faltaba dar oportunidades" contaba.

Se le incendió la bombilla, pensando en la España vaciada. "En la España rural hay muchas oportunidades que nos estaban llegando y para las familias. Empezamos en Zamora, y fuimos llevando familias, los empadronamos, el colegio... Buscamos las oportunidades".

A partir de ahí, reclutó miles de familias que llegaban de fuera para poder ayudarlas y darles una vida mejor. Es tal su trabajo, que, cuando ha ido a visitarlos, les ha visto tan integrados que los vecinos del pueblo aprenden el argot venezolano.

Todo esto le ha ayudado en su proceso para sobrevivir, ya que llegó "psicológicamente inestable" a España, haciendo cosas que ni él mismo creía. "Me despertaba en paradas de autobuses, me despertaba y estaba corriendo en la calle".

Visto lo que ha visto, y habiendo vivido lo que ha vivido, analiza la dictadura chavista. "En Venezuela muchas personas no conocen que la política de la dictadura es la tortura, muerte y aislamiento. Meten miedo y oprimen, hay algo que aprendí: el miedo y el odio paralizan. Aprendí a perdonar, por lo que viví, pero no dejo de exigir justicia" sentenciaba.