Un experto en georradares explica los motivos por los que se están percibiendo "ruidos" del submarino Titan

Luis Avial ha detallado en La Tarde los métodos que se están utilizando en la búsqueda del sumergible perdido en el Atlántico

Redacción La Tarde Belén Collado

Publicado el - Actualizado

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Entre 30 y 40 horas es el tiempo estimado que les queda de oxígeno a los cinco tripulantes del submarino de la empresa estadounidense Ocean Gate. La cuenta atrás para dar con el Titan empieza ya a ser angustiosa. La esperanza se mantiene entre los equipos de Estados Unidos, Canadá y Francia que están colaborando en la búsqueda, pero el tiempo se agota.

Dos horas después de su inmersión el pasado domingo a unos 600 kilómetros del puerto de Terranova, en Canadá, se perdió la señal del sumergible, y desde entonces no se ha podido comunicar con los tripulantes que se dirigían a contemplar los restos del Titanic. Sin embargo, la Guardia Costera de Estados Unidos ha confirmado la pasada madrugada que escucha "ruidos" cada 30 minutos provenientes del submarino desaparecido en aguas del Océano Atlántico.

El experto en georradares Luis Avial indica que hay que ser cautos con dichos sonidos que se están percibiendo. Recuerda que algo similar ocurrió con el submarino argentino 'ARA San Juan' que desapareció también en aguas del Atlántico y en cuyas tareas de búsqueda participó, aunque en este caso no se ha detectado por ahora indicios de que haya implosionado como aquel, por lo que se deduce que "el casco estará intacto".

De todas formas, Avial considera que hay que tomar con "cuidado" la detección de ciertos ruidos. "Hay muchas cosas que pueden provocar esos sonidos en el fondo del mar: una roca que se desprende, gaseoductos, líneas de comunicaciones...", es decir, no hay seguridad de que procedan del Titan. “Es un signo positivo”, según el experto, pero no se le debería dar mucha importancia ni suscitar mucha esperanza.

Como los georradares no pueden usarse en agua salada, Luis Avial ha detallado que en la búsqueda se está utilizando otros métodos, como una sonda multihaz desde el casco de un buque, un sonar de barrido lateral, que hace un perfil del fondo, y un gradiómetro de protones, que detecta la carga magnética del submarino. Destaca, además, que la zona cercana al Titanic está bastante bien cartografiada desde que se descubrieron sus restos, lo que facilita los trabajos de localización al comparar imágenes de sonar actuales con las que ya se tenían. "La tecnología hoy permite saber exactamente el tamaño que tiene ese objeto que estamos viendo, por lo tanto yo también creo esa hipótesis", afirma el experto en georradares. "Ellos lo primero que han mirado es ahí y si ven que no está ahí posado, tienen que ir ampliando la zona".

En todo caso, Avial asegura que los métodos que están usando para conseguir localizar el sumergible "son equipos muy potentes" capaces de funcionar y conseguir resultados a gran profundidad, con lo que "pueden penetrar 3.000, 4.000 o 5.000 metros sin ningún problema".

La seguridad de la empresa Ocean Gate, en entredicho

Antes de que ocurriera este accidente, la empresa promotora de estos viajes turísticos bajo el mar, Ocean Gate, había suscitado ya dudas en torno a sus medidas de seguridad. Existen algunas advertencias desde hace unos años de que lo que estaban pretendiendo era un tanto arriesgado. "Tendrían que tener al menos tres sistemas de seguridad redundantes, que es lo que se exige para un submarino de una Armada", precisa el experto.

Otro detalle más preocupante todavía es la falta de comunicación. Lo normal, como comenta Luis Avial, es que aunque hubieran tenido cualquier contratiempo o problema y estuvieran posados a miles de metros de profundidad, deberían tener comunicación para poder informar y pedir ayuda. Sin embargo, en este caso no existe y por esta razón el experto se muestra bastante pesimista en cuanto a un posible rescate.

En cuanto a las razones que han podido llevar al Titan a esta situación límite, el experto se inclina hacia un tema de gases, algo similar a lo sucedido en el 'ARA San Juan' y en otros incidentes de submarinos. "El problema de estar en una atmósfera confinada tan pequeña es que puede ocurrir lo mismo que en un avión, que una pequeña batería de litio de un móvil que se incendia puede provocar un desastre enorme".

Por lo tanto, considera que la única explicación de que no haya habido ninguna comunicación de emergencia es que se haya incendiado algún aparato o haya explotado alguna botella de oxígeno. En cualquier caso, Luis Avial descarta que haya implosionado "porque es de titanio, grafeno y otros elementos, y está pensado para 6.000 u 8.000 metros de profundidad". El fondo marino de esa zona está a unos 4.000 metros, por lo tanto, nunca implosionará, según el experto.