Un explorador experto en la selva explica cómo han podido sobrevivir los niños colombianos tras 40 días

El escritor Miguel Gutiérrez Garitano detalla en La Tarde las condiciones tan adversas que han debido sufrir los cuatro hermanos hasta haber sido rescatados

Redacción La Tarde Belén Collado

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Es imposible no conmoverse por la historia de los cuatro niños que han sido encontrados este fin de semana tras permanecer a su suerte en la selva colombiana después de haber sufrido un accidente de avión. Realmente todavía cuesta creer que Lesly, de 13 años, Soleiny, de 8, Tien de 5 años, y la bebé Cristin, que acaba de cumplir su primer año, hayan logrado sobrevivir durante 40 días en un lugar tan hostil y sin ningún tipo de ayuda.

El 1 de mayo la avioneta en la que viajaban estos cuatro hermanos junto a su madre se estrelló en medio de la selva amazónica. Precisamente su madre, el piloto y otro pasajero fallecían en el siniestro, pero cuando los equipos de rescate dieron con los restos de la avioneta, los niños no estaban y desde entonces militares e indígenas de la zona les han buscado sin descanso. El rastro que iban dejando los pequeños (un biberón, un pañal usado o frutas mordidas) han ayudado en gran medida a que finalmente se haya producido la mejor de las noticias y hayan podido dar con ellos.

Aunque la historia ha tenido un final feliz, está llena de incógnitas y misterios. Para empezar, resulta increíble que unos niños tan pequeños hayan podido sobrevivir por su cuenta en la selva. “Sobre todo, hay una cosa que me maravilla, que es el bebé. Me parece un súper milagro”, declara Miguel Gutiérrez Garitano, escritor y explorador conocedor de la selva amazónica. Explica que es probable que se hayan podido alimentar todo este tiempo a base de bayas y agua. “A pesar de ser nativos, que están más acostumbrados a esto y a las picaduras, pero aún así es milagroso”, indica el explorador.

El segundo milagro de los niños colombianos

Para Gutiérrez Garitano se trata del segundo milagro, puesto que no hay que olvidar que los niños en primer lugar sobrevivieron a un accidente aéreo. En cuanto a la razón por la que los pequeños decidieron aventurarse en mitad de la selva, en lugar de permanecer en el lugar del siniestro, el escritor lo achaca al instinto del ser humano de intentar huir en estas situaciones límite. Sin duda, la hermana mayor, Lesly, ha sido la heroína de esta aventura y, gracias a su determinación, ha hecho posible que sus tres hermanos estén sanos y salvos, como destaca Gutiérrez Garitano.

Según el explorador, ha habido dos factores fundamentales que han contribuido a su supervivencia todos estos días. “No solo porque conocen los frutos para poderse alimentar y esa resistencia genética a los insectos o a beber ciertas aguas, no solo por eso, sino porque también tienen un estoicismo vital que les viene de lo terrible que lo han pasado. Hay que pensar que estas etnias han sido exterminadas hasta antes de ayer”, apunta.

Unas condiciones adversas por las que cualquiera entraríamos en pánico

El explorador ha puesto en valor la hazaña conseguida por estos niños, procedentes de la etnia uitoto, ya que considera que en una situación similar cualquiera de nosotros “enseguida entraríamos en pánico, y el pánico mata”. Por lo que se sabe hasta ahora, cree que “habrán vivido desde pequeños incursiones en la selva y no se han encontrado en un sitio tan hostil como le hubiera ocurrido a otra persona”.

Otro aspecto que ha llamado la atención del escritor es que han localizado a los niños más cerca de lo que se pensaba. “Ellos creían que ya habían chequeado esa zona, pero eso es muy típico de la selva. Muchas veces caminas en círculos y es muy fácil que alguien pase a tu lado y no le veas, y estoy seguro de que los grupos de búsqueda han pasado muchas veces al lado de los niños y no los han visto”.

Los cuatro hermanos no solo han tenido que sufrir la falta de alimentos, sino también se han debido enfrentar a las picaduras de mosquitos, una lluvia constante, que ha obligado a parar la búsqueda de los equipos de rescate, e incluso la posibilidad de encontrarse con algún animal salvaje. Al contrario de lo que se suele pensar, en la selva cuando llueve o es temporada húmeda, hace frío, como explica Miguel Gutiérrez Garitano. “Además, en selvas tupidas como esta no ves el sol, siempre estás en una sombra fría”. También destaca que es una zona en la que puede haber fauna peligrosa y “todo es urticante” que pueden provocar en muchos casos “picaduras dolorosísimas”. Por eso, reitera que ha sido un milagro en todos los sentidos haber encontrado a los niños con vida. Y, sin duda, tendrán una historia para contar toda la vida.